“Si el Reino Unido cambia de idea, nuestros corazones siguen abiertos”. Con esa frase, pronunciada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la UE tendió ayer una inesperada mano salvadora a Gran Bretaña para que suspenda el Brexit y permanezca en el bloque junto a los otros 27 países.
Tusk expuso la nueva posición de la Unión Europea (UE) durante un debate en el Europarlamento de Estrasburgo (Francia).
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, reforzó el ofrecimiento a Londres de reconsiderar la decisión de abandonar la UE, aprobada por referéndum el 23 de junio de 2016: “No me gustaría que en Londres dejaran de escuchar lo que dijo Tusk […] Nuestra puerta permanece abierta y espero que esto se escuche claramente en Londres”, indicó durante el mismo debate.
Las intervenciones de los dos principales dirigentes de la UE parecen sugerir que, a criterio de Bruselas, el Brexit dejó de ser irreversible, y muestran la UE estaría dispuesta a adoptar una línea más flexible y podría reconsiderar la forma de evitar el divorcio.
Tusk precisó en Twitter: "El Brexit será una realidad -con sus consecuencias negativas- en marzo del próximo año. A menos que haya un cambio de opinión entre nuestros amigos británicos".