CIUDAD DEL VATICANO. “La sexualidad, el sexo, es un don de Dios, naturalmente sólo entre hombre y mujer”. El papa Francisco lo subrayó a un grupo de jóvenes de la diócesis francesa de Grenoble, precisando que el sexo tiene dos objetivos: “amarse y generar vida”. Se trata -explicó- “de una pasión y el verdadero amor entre un hombre y una mujer, cuando es apasionado, te lleva a dar la vida para siempre con el cuerpo y con el alma”.
A una semana del inicio del Sínodo de obispos sobre la juventud, el pontífice quiso abordar este argumento, subrayando al respecto su posición.
Francisco recordó el Génesis: “cuando Dios creó al hombre y a la mujer, lo hizo a su imagen y semejanza. A los dos, no sólo a Adán o a Eva. Para Francisco, “de la sexualidad se debe hablar de esta manera y de esta manera se debe vivir la sexualidad, en esta dimensión: del amor entre hombre y mujer para toda la vida”.
Bergoglio también habló de las debilidades humanas, de las caídas espirituales que nos llevan a usar la sexualidad fuera del amor entre el hombre y la mujer.
“Se trata de caídas -precisó- como todos los pecados. La mentira, la ira, la gula son pecados capitales. Pero esta no es la sexualidad del amor, es una sexualidad usada como diversión. Es interesante como la sexualidad es el punto más bello de la creación... y es la más atacada por la mundanidad y por el espíritu del mal”.
Para concluir, el Papa se refirió a “la sexualidad alejada del amor”, citando como ejemplo todo “el dinero que se gana con la industria de la pornografía: se trata de una degeneración respecto al nivel donde Dios la puso”.