El gobierno británico está “preparado” en el caso de que fracasen las negociaciones de salida de la Unión Europea, aseguró la primera ministra Theresa May al cerrar un congreso del Partido Conservador.
“Creo que es el interés supremo de todos que las negociaciones tengan éxito, pero sé que algunos están preocupados sobre si estamos preparados, en el caso de que fallen. Es nuestra responsabilidad como gobierno prepararnos para cualquier eventualidad”, dijo May, en una alocución a sus partidarios salpicada de incidentes.
Un hombre se acercó a su estrado mientras hablaba y le tendió un papel, que resultó ser una solicitud de inscripción de desempleo, una broma que causó desconcierto y luego gritos de “¡fuera! ¡fuera!”.
El bromista, que resultó ser un actor, aseguró que le había dado ese papel a May a petición del ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson.
Luego la primera ministra tuvo un ataque de tos que la obligó a parar hasta que un ministro le dio una pastilla contra la irritación de garganta.
Además, un cartel con el eslógan “construir un país que funcione para todos” empezó a desmoronarse, y se quedó sin dos letras.
“Sé que a algunos estas negociaciones les parecen frustrantes” dijo May en medio de todos esos percances “pero si las tomamos con el espíritu correcto... confío en que alcanzaremos un acuerdo que sea beneficioso para Gran Bretaña y para Europa”.
“Pongámonos a la altura y demos al país el gobierno que necesita”, dijo.
NERVIOSOS E INTRANQUILOS
May también dijo que comprendía que los ciudadanos de la UE que viven en Reino Unido se sintieran “nerviosos e intranquilos”.
“Quiero dejarles claro que valoramos la contribución que hacen a la vida de nuestro país. Son bienvenidos aquí y le pido a los equipos negociadores que alcancen un acuerdo sobre este tema rápidamente porque queremos que ustedes sigan aquí”, explicó.
El discurso de la jefa del gobierno cerró la convención de cuatro días que ha estado marcada por las divergencias entre los ministros por las negociaciones con Bruselas para la salida del país del pacto con la Unión Europea.
Johnson, el ministro rebelde del debilitado gabinete conservador, planteó su propia visión de lo que debían ser las negociaciones del Brexit el sábado, en el que trazó lo que considera “líneas rojas” a no cruzar con la UE.