WASHINGTON. El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, fue uno de los grandes ganadores al lograr con facilidad la reelección en los comicios de medio término de Estados Unidos, que podrían marcar el comienzo de una era de gobierno dividido y reducir el poder del presidente demócrata Joe Biden.
Los votantes parecieron dispuestos a inaugurar una era de gobierno dividido en Washington, pese a las advertencias de los demócratas sobre la erosión del derecho al aborto y el debilitamiento de las normas democráticas, en en unos comicios en los que los votantes parecían dispuestos a entregar el control de al menos una cámara del Congreso a los republicanos. Un gobierno dividido significaría el fin de la agenda legislativa de Biden.
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Los primeros resultados de la jornada se saldaron sin sorpresas en los respectivos feudos republicanos y demócratas.
Sin embargo, conocer los resultados finales podría tomar días debido al sistema descentralizado, el peso del voto por correo y por disputas muy cerradas en ciertos estados clave.
Con un clima político enardecido en Estados Unidos, algunos temen que este plazo alimente la desinformación y las teorías conspirativas sobre la transparencia del voto, y que aumenten aún más las tensiones e incluso los brotes de violencia.
Están en juego 35 escaños del Senado y los 435 de la Cámara de Representantes. Los republicanos son ampliamente favoritos para conseguir los cinco escaños que necesitan para controlar la Cámara, pero el Senado podría dirimirse en unas reñidas elecciones en Pensilvania, Nevada, Georgia y Arizona. También están abiertas tres docenas de gubernaturas.
Pero en Florida, Ron DeSantis, un posible aspirante a la nominación presidencial republicana para el 2024, se convirtió en el gran ganador de la jornada al imponerse al representante demócrata Charlie Crist, según la proyección de los medios estadounidenses. Otros siete republicanos, entre ellos Marco Rubio, también ganaron facilmente escaños en el Senado, aunque ninguno era inesperado.
Estrella en ascenso de la derecha dura, DeSantis, de 44 años, se impuso como era de esperar en este estado conservador al exgobernador Charlie Crist, un exrepublicano que había cambiado de partido, según las cadenas ABC y CNN.
DeSantis consolidó así el movimiento hacia la derecha en un estado clave rumba a la próxima elección presidencial.
Un reflejo de ello es el triunfo que obtuvo el gobernador, así como Rubio, en el condado de Miami-Dade, el más poblado del estado y donde no ganaba un candidato republicano desde hace 20 años.
Además, el Partido Republicano arrebató en Florida tres escaños de la Cámara baja hasta ahora en manos del Partido Demócrata.
“No es una marea roja, es un tsunami rojo” dijo el legislador estatal republicano Tom Fabricio.
Reviven acusación de fraude
Más de 46 millones de estadounidenses votaron antes del día de las elecciones, ya sea por correo o en persona, según datos del US Election Project. Los funcionarios electorales estatales advirtieron que llevará tiempo computar todos los sufragios.
Autoridades locales informaron de problemas aislados en todo el país, incluyendo una amenaza de bomba en Louisiana y una escasez de papel en un condado de Pensilvania.
En el condado de Maricopa, Arizona -un campo de batalla clave-, el candidato republicano al Senado, Blake Masters, y el partido nacional presentaron una demanda de emergencia para ampliar el horario de votación ante el mal funcionamiento de algunas máquinas de tabulación.
Los problemas avivaron las afirmaciones sin pruebas del expresidente Donald Trump y sus partidarios de que los fallos fueron deliberados. Decenas de candidatos republicanos se han hecho eco de las falsas afirmaciones de Trump de que su derrota en 2020 frente a Biden se debió a un fraude generalizado.
El candidato republicano al Senado por Arizona, Blake Masters, que hizo un anuncio de campaña diciendo que Trump ganó en 2020, tuiteó que el problema era “incompetencia o algo peor”, informó la agencia Bloomberg.
“El único propósito de la desinformación es causar miedo y desconfianza en nuestros procesos electorales”, replicó la subsecretaria de Estado de Arizona, Allie Bones, en un mensaje en Twitter.
No obstante, los mitos electorales acumulados en los últimos dos años se fusionaron ayer en un río de información errónea que alimentó amenazas y sospechas de cualquier resultado desfavorable.
Trump, por su parte, que sufragó en Florida, ha insinuado con frecuencia una tercera candidatura presidencial. El lunes dijo que hará un “gran anuncio” el 15 de noviembre.
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Por la noche, el millonario elogió las victorias republicanas.
Su intervención desde su mansión de Mar-A-Lago se limitó a augurar que su bando tiene “grandes carreras” electorales a su favor.
En una entrevista difundida por la cadena NewsNation, Trump consideró que se le debe atribuir el mérito de una eventual victoria de los republicanos.
Por su parte, Biden vio los resultados desde la Casa Blanca, donde los pasillos, habitualmente tranquilos, bullían de ayudantes. Un asesor presidencial, anticipando una noche difícil, dijo que los demócratas lo hicieron lo mejor que pudieron teniendo en cuenta el alza del precio de la gasolina y la inflación, en parte debido a la invasión de Rusia en Ucrania.
Por la noche, Biden hizo “llamadas de felicitación” a algunos candidatos demócratas ganadores, dijo la Casa Blanca.
Una de las llamadas fue para Maura Healey, que ganó la gubernatura de Massachusetts, por lo que será la primera mujer abiertamente lesbiana en ser elegida gobernadora en Estados Unidos.
Healy, de 51 años, actual fiscal general de Massachusetts y reconocida defensora de derechos humanos, ganó cómodamente a su rival y arrebata para los demócratas esta importante gobernación, que estaba en manos republicanas.
Otra de las alegrías demócratas se dio en Maryland, que eligió a su primer gobernador negro.
Wes Moore reemplazará al gobernador republicano moderado Larry Hogan, que anunció su retiro.
En tanto, los votantes de Maryland han aprobaron abrumadoramente la legalización de la mariguana, en uno de los cinco estados que votarían por decidir si legalizar la cannabis con fines recreativos.