/ martes 26 de diciembre de 2017

Aspirantes a la Presidencia son católicos, excepto López Obrador

Aseguran que AMLO es evangelista, de ahí que no cause extrañeza en algunos que se haya aliado con el Partido Encuentro Social

Todos los aspirantes a la presidencia de la República en México son católicos, menos uno que aseguran es evangelista: Andrés Manuel López Obrador. De ganar la elección sería el primero de esta religión en sentarse en la Silla del Águila. De ahí que no cause extrañeza en muchas personas el hecho de que se haya aliado con el Partido Encuentro Social, evangelista de hueso colorado.

En el antepasado mexicano el mundo giraba al ritmo de la escuadra y el compás. Surgieron las denominadas “sociedades secretas” y durante un buen tiempo sus presidentes eran masones, pero también católicos. Plutarco, el más polémico, por ejemplo, durante La Cristiada fue excomulgado no por cerrar los templos, que no fue su obra sino de la propia Iglesia Católica en protesta por establecer la educación laica, presente en la Constitución desde 1857 y establecida de nueva cuenta en la de 1917.

Masones

Presidentes masones los hubo. Aseguran que fueron 17 en el siglo XX, otros dicen que más. Ejemplos: Elías Calles, Lázaro Cárdenas del Río, Miguel Alemán Valdez y Adolfo López Mateos. En adelante la masonería prevaleció, pero al llegar a la Presidencia de la República admitían su religión: la católica. Inclusive José López Portillo restableció las relaciones con el Vaticano el 21 de septiembre de 1992. Habían sido suspendidas desde 1861 y ratificada la suspensión al aplastar la rebelión de los Cristeros.

Más allá de los mandiles contra las sotanas, de los grados contra las jerarquías, los masones venían de lejos. Desde el siglo XVIII en México. Señalan los historiadores, como María Eugenia Vázquez Samadeni en su trabajo “La masonería en México, entre las sociedades secretas y patrióticas, 1813-1830” que, tras la consumación de la Independencia de México, allá por 1826 “…dada la diversidad de tendencias políticas del momento, en las logias y cuerpos superiores del rito de York quedó reunido un heterogéneo grupo, formado por expartidarios del gobierno imperial de Agustín de Iturbide, por defensores del sistema republicano federal, por algunos exinsurgentes y por una gran cantidad de miembros de los sectores sociales intermedios del país, como sastres, escribanos, boticarios, zapateros, médicos, impresores, artesanos, labradores y barberos. Todos ellos formaron un grupo político que adoptó como bandera la defensa de la independencia, la república, la federación, la igualdad y la amplia participación política”.

Los ritos de entonces eran el escocés y el yorkino. En relación a la gran estructura masónica yorkina que se integró, la estudiosa especifica: “… sus jerarquías, sus canales de comunicación y las lealtades que generaba sirvieron para coordinar las acciones de un gran número de actores políticos en todo el territorio nacional. El ejemplo más claro de ello se presentó en 1828, ante las elecciones que designarían al segundo presidente de México. Sería realizada por las legislaturas locales, cada una de las cuales debía nombrar, a mayoría absoluta de votos, dos individuos. Los votos provenientes de los estados serían contados por el Congreso Nacional. La persona que obtuviera más votos sería el presidente y el segundo lugar ocuparía la vicepresidencia”.

Lucharon a favor del héroe de la Independencia, Vicente Guerrero, pero no ganó. Con el tiempo lograrían triunfo, tras triunfo.

Actualmente hay varias logias en nuestro país. Son tres los ritos más numerosos: Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Rito de York y Rito Nacional Mexicano. Pero también están: El Rito de Memphis y Mizraím, Rito Francés Moderno, Rito Egipcio de la CrataRepoa, Gran Rito Escocés Primitivo, Rito Francés, Rito Escosés Rectificado y Rito Templario.

Avanzan los evangélicos

En cuanto al evangelismo que, de ganar el tabasqueño, llegaría al poder por vez primera, asegura el pastor cristiano Arturo Farela Gutiérrez (en “El Cotidiano”), que inició en el siglo XIX, pero sus avances se registraron desde 1992 tras la reforma constitucional a los artículos 3, 5, 24, 27 y 130, y el restablecimiento de las relaciones con el Estado Vaticano.

El presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas CONFRATERNICE, en un trabajo dado a conocer hace tres años explica que con la mencionada reforma, fue cuando “México entró en una época con mayor apertura a los diferentes credos religiosos, equidad en el trato institucional (el Artículo 130 constitucional reformado en 1992 ahora establece la relación del Estado y las “iglesias”, no así “iglesia”, como estaba estipulado antes de la reforma) y certeza jurídica en el ejercicio de los derechos ahora como asociación religiosa.

Farela Gutiérrez explica “…sin duda se puede resolver que el cabildeo romano encabezado intensamente por GirolamoPrigione para aprobar la misma terminó siendo para la jerarquía eclesiástica católica su caja de Pandora”.

Y expone que los resultados del censo poblacional de 2010 en el tema religioso “son, desde luego, rechazados y refutados, para empezar porque con la población cristiana evangélica de solo tres estados del sureste como Chiapas, Tabasco y Veracruz, sin duda rebasa los ocho millones”.

 Hace notar que el terreno político proselitista también se ha permeado de personajes cristianos evangélicos laicos, o bien, de ministros de culto que, de alguna manera se han visto  relacionados para bien o para mal, en los procesos electorales.

Desde 2014 cuando realizó la publicación Farela Gutiérrez advertía: “En la izquierda, todo hace pensar que se fragmentará; por un lado, el PRD y sus satélites, y por otro, Morena. De antemano veo difícil que el voto evangélico prefiera la coalición del PRD-PT-Movimiento Ciudadano antes que a Morena…”

Atinó en parte, pero el asunto es que, además, asegura que “en 20 años la población católico-romana será el 50%, si sigue la tendencia en los mismos porcentajes y tasas que se han venido dando; por tanto, el crecimiento de los “no católicos”, siguiendo la misma tendencia, llegará sin problemas a la mitad de la población; es un simple cálculo estadístico.

“Estados como Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Morelos, las dos Baja California, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas serán los primeros que llegarán a emparejar el porcentaje entre católicos y no católicos”.

No es todo porque también considera que como resultado de los avances de estas iglesias “… la política verá reflejado este fenómeno, pues más allá de que exista el PES como partido político u otros partidos de origen evangélico que ya están formados o que ya han operado como agrupaciones políticas, lo cierto es que los escaños de los congresos y las plazas de funcionarios públicos serán ocupados cada vez más por miembros de la comunidad cristiana evangélica”.

Recuerda cuando Vicente Fox besó el anillo papal y dice que en aquellas fechas “se empezaba a formar el proyecto del partido político Encuentro Social (PES), encabezado por Hugo Eric Flores Cervantes. Operó ya como agrupación en el 2003 con el PRI en las federales, en el 2006 con el pan haciendo una buena negociación con Felipe Calderón, aunque duró poco; en 2009 regresa a los brazos del PRI, pero empieza a operar de manera plural y profesional en los estados y así logra constituirse en partido político local en Baja California. En años recientes visiblemente negocia posiciones en el PRD, especialmente cobijado por Marcelo Ebrard”.

Además, hace proyecciones: “Para el censo del 2030, el INEGI no podrá resistir la avasalladora evidencia de que la feligresía católica romana apenas y llegará a 50% del total de la población en muchos estados del país, donde el otro 50% estará mayormente integrado por cristianos evangélicos, seguidos por los no creyentes”.

Todos los aspirantes a la presidencia de la República en México son católicos, menos uno que aseguran es evangelista: Andrés Manuel López Obrador. De ganar la elección sería el primero de esta religión en sentarse en la Silla del Águila. De ahí que no cause extrañeza en muchas personas el hecho de que se haya aliado con el Partido Encuentro Social, evangelista de hueso colorado.

En el antepasado mexicano el mundo giraba al ritmo de la escuadra y el compás. Surgieron las denominadas “sociedades secretas” y durante un buen tiempo sus presidentes eran masones, pero también católicos. Plutarco, el más polémico, por ejemplo, durante La Cristiada fue excomulgado no por cerrar los templos, que no fue su obra sino de la propia Iglesia Católica en protesta por establecer la educación laica, presente en la Constitución desde 1857 y establecida de nueva cuenta en la de 1917.

Masones

Presidentes masones los hubo. Aseguran que fueron 17 en el siglo XX, otros dicen que más. Ejemplos: Elías Calles, Lázaro Cárdenas del Río, Miguel Alemán Valdez y Adolfo López Mateos. En adelante la masonería prevaleció, pero al llegar a la Presidencia de la República admitían su religión: la católica. Inclusive José López Portillo restableció las relaciones con el Vaticano el 21 de septiembre de 1992. Habían sido suspendidas desde 1861 y ratificada la suspensión al aplastar la rebelión de los Cristeros.

Más allá de los mandiles contra las sotanas, de los grados contra las jerarquías, los masones venían de lejos. Desde el siglo XVIII en México. Señalan los historiadores, como María Eugenia Vázquez Samadeni en su trabajo “La masonería en México, entre las sociedades secretas y patrióticas, 1813-1830” que, tras la consumación de la Independencia de México, allá por 1826 “…dada la diversidad de tendencias políticas del momento, en las logias y cuerpos superiores del rito de York quedó reunido un heterogéneo grupo, formado por expartidarios del gobierno imperial de Agustín de Iturbide, por defensores del sistema republicano federal, por algunos exinsurgentes y por una gran cantidad de miembros de los sectores sociales intermedios del país, como sastres, escribanos, boticarios, zapateros, médicos, impresores, artesanos, labradores y barberos. Todos ellos formaron un grupo político que adoptó como bandera la defensa de la independencia, la república, la federación, la igualdad y la amplia participación política”.

Los ritos de entonces eran el escocés y el yorkino. En relación a la gran estructura masónica yorkina que se integró, la estudiosa especifica: “… sus jerarquías, sus canales de comunicación y las lealtades que generaba sirvieron para coordinar las acciones de un gran número de actores políticos en todo el territorio nacional. El ejemplo más claro de ello se presentó en 1828, ante las elecciones que designarían al segundo presidente de México. Sería realizada por las legislaturas locales, cada una de las cuales debía nombrar, a mayoría absoluta de votos, dos individuos. Los votos provenientes de los estados serían contados por el Congreso Nacional. La persona que obtuviera más votos sería el presidente y el segundo lugar ocuparía la vicepresidencia”.

Lucharon a favor del héroe de la Independencia, Vicente Guerrero, pero no ganó. Con el tiempo lograrían triunfo, tras triunfo.

Actualmente hay varias logias en nuestro país. Son tres los ritos más numerosos: Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Rito de York y Rito Nacional Mexicano. Pero también están: El Rito de Memphis y Mizraím, Rito Francés Moderno, Rito Egipcio de la CrataRepoa, Gran Rito Escocés Primitivo, Rito Francés, Rito Escosés Rectificado y Rito Templario.

Avanzan los evangélicos

En cuanto al evangelismo que, de ganar el tabasqueño, llegaría al poder por vez primera, asegura el pastor cristiano Arturo Farela Gutiérrez (en “El Cotidiano”), que inició en el siglo XIX, pero sus avances se registraron desde 1992 tras la reforma constitucional a los artículos 3, 5, 24, 27 y 130, y el restablecimiento de las relaciones con el Estado Vaticano.

El presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas CONFRATERNICE, en un trabajo dado a conocer hace tres años explica que con la mencionada reforma, fue cuando “México entró en una época con mayor apertura a los diferentes credos religiosos, equidad en el trato institucional (el Artículo 130 constitucional reformado en 1992 ahora establece la relación del Estado y las “iglesias”, no así “iglesia”, como estaba estipulado antes de la reforma) y certeza jurídica en el ejercicio de los derechos ahora como asociación religiosa.

Farela Gutiérrez explica “…sin duda se puede resolver que el cabildeo romano encabezado intensamente por GirolamoPrigione para aprobar la misma terminó siendo para la jerarquía eclesiástica católica su caja de Pandora”.

Y expone que los resultados del censo poblacional de 2010 en el tema religioso “son, desde luego, rechazados y refutados, para empezar porque con la población cristiana evangélica de solo tres estados del sureste como Chiapas, Tabasco y Veracruz, sin duda rebasa los ocho millones”.

 Hace notar que el terreno político proselitista también se ha permeado de personajes cristianos evangélicos laicos, o bien, de ministros de culto que, de alguna manera se han visto  relacionados para bien o para mal, en los procesos electorales.

Desde 2014 cuando realizó la publicación Farela Gutiérrez advertía: “En la izquierda, todo hace pensar que se fragmentará; por un lado, el PRD y sus satélites, y por otro, Morena. De antemano veo difícil que el voto evangélico prefiera la coalición del PRD-PT-Movimiento Ciudadano antes que a Morena…”

Atinó en parte, pero el asunto es que, además, asegura que “en 20 años la población católico-romana será el 50%, si sigue la tendencia en los mismos porcentajes y tasas que se han venido dando; por tanto, el crecimiento de los “no católicos”, siguiendo la misma tendencia, llegará sin problemas a la mitad de la población; es un simple cálculo estadístico.

“Estados como Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Morelos, las dos Baja California, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas serán los primeros que llegarán a emparejar el porcentaje entre católicos y no católicos”.

No es todo porque también considera que como resultado de los avances de estas iglesias “… la política verá reflejado este fenómeno, pues más allá de que exista el PES como partido político u otros partidos de origen evangélico que ya están formados o que ya han operado como agrupaciones políticas, lo cierto es que los escaños de los congresos y las plazas de funcionarios públicos serán ocupados cada vez más por miembros de la comunidad cristiana evangélica”.

Recuerda cuando Vicente Fox besó el anillo papal y dice que en aquellas fechas “se empezaba a formar el proyecto del partido político Encuentro Social (PES), encabezado por Hugo Eric Flores Cervantes. Operó ya como agrupación en el 2003 con el PRI en las federales, en el 2006 con el pan haciendo una buena negociación con Felipe Calderón, aunque duró poco; en 2009 regresa a los brazos del PRI, pero empieza a operar de manera plural y profesional en los estados y así logra constituirse en partido político local en Baja California. En años recientes visiblemente negocia posiciones en el PRD, especialmente cobijado por Marcelo Ebrard”.

Además, hace proyecciones: “Para el censo del 2030, el INEGI no podrá resistir la avasalladora evidencia de que la feligresía católica romana apenas y llegará a 50% del total de la población en muchos estados del país, donde el otro 50% estará mayormente integrado por cristianos evangélicos, seguidos por los no creyentes”.

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