Ciudad de México.- Con pancartas en donde se leía "nos queremos vivas"; "no estamos solas, estamos juntas"; "nos están matando y tú no haces nada", inició el 16 de agosto la marcha feminista, misma que terminó en golpes contra periodistas, pintas y destrucción de monumentos históricos.
Lo que apuntaba a ser una exigencia al cese de la violencia contra las mujeres se convirtió en destrucción luego de que un grupo de mujeres radicales y encapuchadas se abrieron paso con la violencia, quienes vandalizaron las instalaciones del Metrobús Insurgentes y el Monumento a la Independencia.
En el suceso 34 personas que resultaron heridas, de las cuales 16 tuvieron que ser trasladadas a hospitales, entre los heridos habían 13 policías, dos civiles y un bombero, mientras que 18 más fueron atendidas en el lugar por los socorristas del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).
También fueron dañados los cristales de la estación, las máquinas de billetes de metro y los carteles publicitarios, y las radicales prendieron algunas hogueras, por lo que elementos del cuerpo de bomberos sofocaron el fuego y un incendio que se registró en la Estación de Policía de la calle Florencia, colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.
Lo más reprobable fue la agresión que se dio contra algunos periodistas que registraban la manifestación, como el caso del periodista Juan Manuel Jiménez, quien cayó en el suelo mientras retransmitía en vivo para ADN 40 tras ser golpeado en la cara por parte de un hombre que posteriormente fue expulsado por las manifestantes.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana refrendó la convicción de Claudia Sheinbaun, sobre el respeto a la mayoría de personas que realizaron una marcha pacífica el día de ayer, para ellas están abiertas las puertas para un diálogo franco.