Morelia, Michoacán.- La calificada por la Fiscalía michoacana como sentencia ejemplar en contra de Diego Urik por el feminicidio de Jéssica González Villaseñor, fue reducida de 50 a 43 años.
El magistrado Gilberto Bribiesca Vázquez sostuvo que pese a que Diego es culpable de este delito, la pena máxima impuesta no está adecuadamente justificada en el expediente. Expresó además que este cambio le dará oportunidad al acusado de reeducarse y reintegrarse a la sociedad, dado que es joven y cometió el delito cuando tenía 18 años.
No obstante, esta decisión no pasó desapercibida para varios sectores en el estado, que manifestaron su desacuerdo de manera unánime.
Verónica Villaseñor, madre de Jéssica, declaró que las leyes fueron creadas para que "todos nuestros derechos sean pisoteados y nos sigan apuñalando", pues los únicos derechos que cuidan son los de Diego.
El fiscal general de Michoacán, Adrián López Solís, afirmó que desde un principio hubo elementos probatorios suficientes para sentenciar a Diego Urik.
“Respetamos el criterio y dependencia judicial, pero no necesariamente debemos compartirlo", expresó.
Apuntó que la sentencia máxima debe ser ejemplar y los delitos deben ser sancionados, aunque acotó que en esta etapa la Fiscalía General del Estado (FGE) deja de ser parte por la razón que le asiste la víctima indirecta.
“Hay tiempo de alguna impugnación, sabemos que son situaciones, no necesariamente lo que se determina en las etapas procesales es lo que al final va a quedar como verdad real definitiva y eso tiene que ver con los derechos de ambas partes”.
La titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer), Carolina Rangel Gracida, evidenció su molestia por la reducción de la condena.
La funcionaria indicó que los derechos y la lucha de las mujeres "se tiran al caño" con decisiones como las que tomó el magistrado Gilberto Alejandro Bribiesca, al admitir la revisión de la sentencia y quitarle años al feminicida.
La razón por la que se redujo la pena, es porque Diego Urik no iba a poder reinsertarse en la sociedad a los 70 años, sin embargo, Carolina Rangel espetó que no tendría que haber discusión en ese tema, toda vez que Jessica no podrá hacerlo, porque él le quitó la vida.
“Si hubiera querido ser una persona de bien en la sociedad no hubiera cometido el feminicidio. No se puede discutir si se le va a dar otra oportunidad o si se puede reinsertar, simplemente él no debió acabar con la vida de Jessica, ella no va a poder tener una presencia física en la sociedad, entonces por qué él sí”.señaló
En este punto el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, también externó su desacuerdo a la reducción de la condena y llamó al Poder Judicial a revisar el actuar del magistrado.
Al considerar este hecho una ofensa para la familia de la víctima y un agravio al movimiento por la defensa de los derechos de las mujeres, el mandatario pidió a servidores públicos ser contundentes y actuar sin titubeos en la impartición de justicia.
"Ha sido un largo juicio en el que se han presentado suficientes elementos para acreditar la responsabilidad del crimen", recordó el gobernador
tras mencionar que, en Michoacán, se reformó el Código Penal para incrementar la pena de prisión a feminicidas.
Fue el 25 de septiembre de 2020 cuando el cuerpo de la joven maestra apareció en un predio al sur de Morelia. A Jessica la encontraron semidesnuda, tan solo con un suéter café, un brasier negro y un reloj de manecillas.
Como suele ocurrir en estos casos, las redes sociales fueron el vehículo de comunicación donde se conoció que Jessica estaba desaparecida. El 21 de septiembre, tras varias horas sin que se reportara con sus familiares, se pidió ayuda para localizarla sobre todo en Facebook, donde ya circulaban algunas de sus fotografías.
Un día después la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que buscaban a la joven de 21 años, quien estaba por comenzar su carrera como maestra en una escuela primaria de Salvatierra, Guanajuato.
No fue hasta el 25 de septiembre que tras una intensa búsqueda la FGE informó en sus cuentas oficiales que habían encontrado el cuerpo en un camino rústico en la zona de Altozano, a 500 metros de una barda perimetral del fraccionamiento Bosque Monarca.
La noticia conmocionó a gran parte de los morelianos, por lo que colectivos feministas organizaron una marcha multitudinaria en la avenida Madero para exigir justicia. El llamado congregó a miles de personas, sobre todo mujeres, como quizá nunca antes había ocurrido en la capital del estado.
Para entonces, comenzó a circular el nombre y fotografías del principal sospechoso: Diego Urik N., pues de acuerdo con amigos de Jessica, habían salido juntos el día de su desaparición.
Fue el 28 de septiembre cuando el propio fiscal Adrián López Solís dio a conocer la orden de localización y aprehensión en contra del joven que apenas había cumplido 18 años, solicitud a la que se sumaba el entonces gobernador Silvano Aureoles Conejo, quien además exigía aplicar la pena máxima por feminicidio: 50 años de prisión.
El 30 de septiembre, Adrián López Solís utilizó su cuenta personal de Twitter para informar que habían detenido al sospechoso en un hotel localizado en el municipio de Cihuatlán, en el estado de Jalisco, a las 16:30 horas.
Un día después, la FGE obtuvo la vinculación a proceso, por lo que un juez fijó prisión preventiva oficiosa y estableció un plazo de cuatro meses para la investigación complementaria.
En esa primera audiencia, agentes del Ministerio Público indicaron que, de acuerdo a los primeros indicios y testimonios, Urik recogió a Jessica cerca de su domicilio para posteriormente trasladarla a un predio en el que la violó para después asesinarla, al parecer con un fuerte golpe en la cabeza.