Morelia, Mich.- (OEM-Infomex).- Por curiosidad, hace 25 años, Carlos decidió acompañar a un amigo a su trabajo ya que “contaba maravillas de lo que hacía”, recuerda. Lo que no imaginaba fue que esa primera vez que cruzó la puerta de las oficinas de El Sol de Morelia marcarían su vida para siempre.
Carlos Morales González forma parte del área digital de este medio de comunicación, pero entre risas y nostalgia cuenta que ha recorrido cada uno de los espacios de la vieja casona del Centro Histórico, de la que día a día salen miles de ejemplares de uno de los diarios más antiguos en la ciudad.
Recuerda que tenía menos de 15 años cuando sus tardes, al salir de la secundaria, las pasaba entre el olor a tinta y las anécdotas de “los mayores” que trabajaban en el área de fotomecánica a donde llegó “como un juego, sólo venía para chismosear, por curiosidad. En ese momento nunca imaginé que llegaría a pasar aquí más de la mitad de vida, y de repente esa responsabilidad que tenían y lo que hacían me empezó a gustar”.
Al paso de los días y tras sus recurrente visitas a esta casa editorial, una propuesta sorpresiva lo puso a pensar su futuro: “Enrique Ambriz era el jefe del área en aquel entonces, recuerdo que un día de repente me dijo que por qué no trabajaba aquí, si aquí me la pasaba; en ese momento no lo pensé mucho, dejé la secundaria inconclusa y dediqué mi tiempo por completo a aprender este oficio del que poco a poco me enamoré”.
Desde aquel noviembre de 1993 hasta ahora, Carlos dice con orgullo que “he conocido el periódico de pies a cabeza, tal vez no se hacer todo o cómo moverle a una máquina, pero sí conozco el proceso de principio a fin”.
Ahora se dice entusiasta de la encomienda que tiene desde hace apenas un par de meses. “Es una emoción diferente, el saberte responsable de la inmediatez, de llevar a las personas la información de manera oportuna y que ya no tengan que esperar hasta el día siguiente. Me emociona y trato de mejorar y prepararme para ello cada día”.
Aunque ha pasado por las áreas de fotomecánica, redacción y ahora el manejo de web y redes sociales, Carlos afirma que su gran pasión ha sido siempre lo que aprendió por primera vez. “El olor a las tintas, el llegar y ponerte un equipo de protección, el retocar las imágenes, abonas con tus manos y paso a paso a que la fotografía acompañe mejor al texto, eso es algo que ninguna tecnología puede suplir. Aunque tomes una imagen con la mejor cámara o el mejor celular, no hay como ese trabajo, prolongado y que requiere mucha atención, apasionante”.
FANÁTICO DE LA CAPACITACIÓN Y EL APRENDIZAJE
Cada una de las responsabilidades que a lo largo de 25 años ha tenido Carlos Morales González, dentro del proceso de realización de El Sol de Morelia, han significado para él un compromiso de aprendizaje y capacitación, procesos que ha vivido dentro y fuera de la misma empresa y a los que adjudica su permanencia en la misma.
Y es que platica que si bien al iniciar a trabajar en esta casa editorial dejó para después el terminar su educación secundaria, tras graduarse de la misma, siempre ha buscado espacios de preparación y ha aprovechado al máximo la capacitación que la Organización Editorial Mexicana (OEM) le ha brindado para cumplir mejor sus cargos.
Una de las capacitaciones que más recuerdo fue a manos de Fernando Poncela, un español que vino a prepararnos cuando la incursión de las herramientas digitales para la edición. Él venía una vez por año y gracias a eso fui aprendiendo y enamorándome más de la edición de imágenes. Recuerdo que nunca me dijo que estuviera haciendo mal las cosas, aunque sí era muy estricto
Los cursos y talleres en la materia que ha tomado en universidades privadas le han abierto en algunos momentos de su vida la oportunidad de trabajar en otras editoriales, principalmente revistas, proyectos que ha empatado con su trabajo en El Sol de Morelia, pero en la actualidad se dedica de lleno a su labor en esta empresa y está en busca de algún programa académico que le ayude a adquirir las herramientas “para satisfacer las demandas que ahora tiene la empresa”.
“AQUÍ ME QUEDO MIENTRAS ME AGUANTEN”
¿Nunca has sentido que tu ciclo aquí terminó?
-“La verdad que no, siempre me he sentido como en casa”, asegura orgulloso Carlos, quien afirma que mientras haya una oportunidad para él, aquí continuará.
Y es que él es la personificación de lo que significa “ponerse la camiseta”, tener un compromiso real con una empresa y la pasión por lo que se hace al punto de contar satisfecho que “en 24 años, nunca he faltado, ni un solo día”.
Aunque no todo el tiempo han sido momentos buenos dentro de la empresa, pues reconoce que han pasado personas y proyectos con los que no ha empatizado del todo, espera que “el día que me vaya el periódico esté bien; me dolería mucho verlo en declive como en algunos momentos ha pasado”.
CITA
Tengo más de la mitad de mi vida aquí. He recorrido estos pasillos millones de veces, he conocido gente muy capacitada, he tenido jefes muy buenos y he puesto el mejor empeño a mi trabajo. Yo creo que por eso, puede decirse que ya soy casi parte del inventario
