MORELIA, Mich.- (OEM-Infomex).- Con un amplio programa que contempla la realización de talleres, conversatorios, conciertos y presentaciones de libros, donde la música y el verso son los anfitriones, se inauguró este 7 de junio el Séptimo Encuentro de Música Tradicional Verso y Redoble 2019, en el cual, además de compartir los conocimientos, ritmos y creatividades de más de 30 grupos musicales, académicos e investigadores durante cuatro días, en esta edición se homenajea a dos grandes músicos y compositores del son: se trata de don Manuel Pérez Morfín, músico del son de Tierra Caliente, oriundo de Tumbiscatío, Michoacán, y quien es parte del conjunto El Alma de Apatzingán; asimismo, se honra el son jarocho de don Rafael Figueroa Alavez, quien proviene de Tlacotalpan, Veracruz, y forma parte del conjunto Siquisirí.
Para la realización de este evento se contó con el apoyo de las secretarías de Cultura de los tres niveles de gobierno, así como de la Universidad Latina de América, el Laboratorio Nacional de Materiales Orales, el Poliforum de Morelia, la Facultad Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; la Unidad de Investigación de Representaciones Musicales y Sociales de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, y Cuish Cocina Boutique; asimismo, en la inauguración estuvo presente Diana Tamara Martínez Ruiz, directora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores unidad Morelia, y Raúl Eduardo Gonzales, coordinador del comité organizador del encuentro.
Esta séptima edición de Verso y Redoble, que estará acompañada por la comunidad artística tradicional, jóvenes, estudiantes, profesores y la población interesada, se resaltó la importancia de honrar la labor de aquellas personas que son pilares musicales tradicionales en Michoacán y Veracruz, de donde surge esta música tradicional, el son tierracalentense y el son jarocho, respectivamente:
HOMENAJE AL SON DE MICHOACÁN
Verso y Redoble homenajea en esta edición a un gran violinista y compositor de sones y de valonas, Don Manuel Pérez Morfín, quien nació el 1 de mayo de 1949 en el Rancho El Resumidero en Tumbiscatío, y comenzó a tocar música tradicional desde los 10 años, “mi padre que tocaba el violín me inspiró, a los 10 años me interese en la música tradicional de Tierra Caliente, que desde hace mucho tiempo esta presente en Tumbiscatío, Artega, Coalcomán, Los Reyes, toda esta zona y sus regiones laterales, yo descubrí mi pasión al estar afinando una guitarra de golpe prestada, con la cual se acompaña el arpa, fue el primer instrumento que toqué, muchas veces al terminar mi tarea de la primaria le pegaba a tocarla, pero después me fui a Apatzingán, donde había mucho grupo de arpa y ahí me quedé”, relató en entrevista exclusiva el músico con una trayectoria de más de 60 años.
A pesar de que sólo cuenta con estudios de primaria, esta situación no le impidió tener un don en la ejecución de la música tradicional, en una primera instancia con la guitarra de golpe y posteriormente con el violín, además de que hoy día este gran compositor de sones y valonas es reconocido por sus sones “El lucero”, “El gavilán colorado” y “El ranchero michoacano”, los cuales han recibido reconocimientos en los concursos octubrinos de música tradicional en Apatzingán. Asimismo, en el Encuentro Internacional de Mariachis fue galardonado por la Cámara de Comercio de Guadalajara con una medalla por la composición del son “Mi tierra linda”. En los años 67 empezó a asistir a las fiestas octubrinas de Apatzingán, donde se fue dando a conocer y ha sido acreedor a la beca de Músicos Tradicionales del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
“Pues el son o la música de Tierra Caliente es muy antigua, simplemente tenemos “La malagueña”, que viene de Málaga, España, pero acá se tiene un ritmo especial, por eso yo invito a los jóvenes que replican este tipo de música a que conozcan este estilo de la Tierra Caliente porque es muy rico, además todo el mundo lo conoce, aunque no es fácil, a nosotros nos dio trabajo replicar el estilo aunque crecimos rodeados de los instrumentos y músicos, pero nada es imposible, tuvimos que adaptarnos a ese estilo tan especial, todo porque no muera la música tradicional de Apatzingán, porque son las raíces, no sólo de este municipio, ni del estado, sino de todo el país”, comentó don Manuel.
A formado parte de varios conjuntos musicales tradicionales, como la de los Hermanos Peña, entre los años de 1964 a 1968; el de Arpeo de Rafael Zavala en 1970, con el cual se desempeño hasta 1972; luego estuvo con Luis Vargas, donde permaneció un año; también participó en el conjunto Los Madrugadores de la Encarnación Larios de 1974 a 1977, donde tocaba el violín, y en 1978 se integró al grupo El Alma de Apatzingán, que está a cargo de su hermano Juan Pérez Morfín, mismo con el que se ha desempeñado desde entonces. Con esta agrupación han producido alrededor de 10 grabaciones, y en todas ellas se ha desarrollado en el violín. Finalmente, en 1979 conformó el conjunto Tierra Caliente, que se mantuvo activo hasta 1984, con éste y con el grupo Los Regionales de Santa Ana realizó varias grabaciones y en varias de ellas aparecen composiciones de su autoría.
Gracias a la agrupación El Alma de Apatzingán ha recorrido diversas partes de la República, participando en eventos de gran relevancia como el Primer Encuentro Internacional de Mariachi en 1994; el Festival Cervantino de Guanajuato en 2003, y en el Primer Encuentro de Verso y Redoble en 2013.
HOMENAJE AL SON DE VERACRUZ
Por la parte del Son Jarocho, se homenajea a don Rafael Figueroa Alavez, mejor conocido como don fallo, quien nació en 1935 en Tlacotalpan, Veracruz, inició su carrera musical a los 14 años, en 1949, y desde entonces ha entregado su vida a la música y a la laudería. “A tocar la guitarra me enseñó mi mama a los ocho años de edad, pero a los 14 fui trompetista de una orquesta, y a los 17 años me dedique al contrabajo y ya por último me dedique al son jarocho”, relató en exclusiva para esta casa editorial.
El grupo Siquisirí que lo acompaña lo fundó en 1985, donde incorporó el contrabajo como un instrumento del son jarocho, por lo anterior con esta agrupación y con Son Candela, un grupo de jóvenes de su pueblo natal, se ha presentado en reconocidos eventos internacionales como la Expo Ahichi en Japón; el Festival del Caribe en Cuba, así como en otros festivales en Dublín, Nueva York y Chicago. Por ello señaló: “Me alegra que el son jarocho camine el país y el mundo entero, y no sólo este tipo de música, sino también el marichi o en sí la música tradicional mexicana, recuerdo bien cuando nosotros estuvimos tocando en Japón, donde gusto tanto que hasta cantaron y bailaron con nosotros”.
Ha participado en más de 20 grabaciones como productor musical con el grupo Siquisirí y Son Candela, como invitado, y bajo su nombre grabó el primer disco instrumentan de son jarocho titulado “ Sin palabra”, además de “Nuevo son”, donde se dedica un disco compacto a nuevas composiciones de son jarocho, lo cual es muestra de su labor por mantenerlo vivo y en evolución constante, por lo que ha sido merecedor de apoyos y reconocimientos, entre los que destacan el otorgado en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil en 1998; otro más por parte del gobierno del estado de Veracruz; fue segundo lugar en el Primer Gran Concurso Regional de Crónica en 1998, otorgado por el Centro Regional de Información de la Cultura Infantil del Instituto de Cultura de Campeche; así como la medalla al mérito por parte del Ayuntamiento de Tlalcotalpan, en 2010, y la Medalla Andrés Vega Delfín, en el marco del 32 Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan en 2011.
“Yo fui salsero, bajista, y ahora me dedico al son, lo que me da una gran satisfacción y me siento muy bien haciéndolo, tocándolo, es nato lo que uno trae, además no hay una escuela que te enseñe el son jarocho, se aprende ahí entre los músicos, aunque en mi ciudad hay clases de ésto en la Casa de la Cultura, el que es huasteco es huasteco, no hay más, tienes que nacer ahí para hacerlo y sentirlo”, finalizó el gran compositor y músico.
