Morelia, Michoacán-(OEM Infomex). -La plaza Allende permanece a flote pese a que la mayoría de los locales están abandonados, los pocos negocios abiertos se han dedicado a realizar piñatas, tanto de temporada como de cumpleaños; ahora, con la pandemia de Covid-19 vuelven a decaer sus ventas, muy similar a cuando fueron reubicados, apreció Mayra Ramírez Villegas, oferente.
Debido a que el Cabildo del Ayuntamiento de Morelia aprobó el bando relativo del comercio informal del Centro Histórico el 11 de mayo del 2001 y fue publicado el día 05 de junio del mismo año.
El decreto establece que el Centro Histórico de Morelia es zona restringida para toda actividad comercial en la vía pública, por lo cual, en la mañana del 05 de junio de 2001 reubicaron mil 700 ambulantes a cinco plazas que no han podido despegar en las ventas.
La familia de Mayra Ramírez Villegas fue trasladada a “Tu Plaza Allende”, junto con 180 comerciantes que fueron distribuidos en 200 locales, los cuales ha decir de Mayra Ramírez solo duraron seis meses en el centro comercial.
“La plaza está en el Centro Histórico, pero no sabemos por qué no despega, tenemos estacionamiento, pero la gente ni la conoce”, explicó Ramírez Villegas.
En el 2010, alrededor de 15 vendedores se organizaron para fabricar piñatas de estrellas en la temporada de posadas, por lo cual, en coordinación con el municipio a través de la Secretaría de Servicios Públicos en el 2011 se realizó el primer Festival de la Piñata.
En la edición 2020, el regidor Carlos Reyes Reyes propuso ante el cabildo de Morelia llevar el festival al Estadio Morelos, donde supuestamente se iban a congregar vendedores de piñatas, fruta, dulces, velas y todo lo necesario para las posadas navideñas, sin embargo, por la pandemia de Covid-19 todo se canceló, informó la vendedora.
La temporada de fabricación y venta de piñatas comienza en el mes de octubre, en años pasados llegaron a vender cinco piezas diarias por local, de las siete familias que dependen de esta labor y que se mantienen firmes en el lugar, pese a que se encuentra abandonada plaza, narró Ramírez Villegas.
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En este año, las ventas bajaron tanto que dejaron de producir piñatas, ahora realizan bajo pedido en el caso de las piñatas grandes, las cuales tienen un valor comercial entre mil 200 a mil 500 pesos.
Con la contingencia, en octubre y noviembre la venta decayó a una piñata diaria, sin embargo, en este mes ha incrementado hasta tres, por lo que volvieron a fabricar más modelos, incluso crearon la “estrella de coronavirus”.
“Las piñatas que más se venden son las pequeñas 25 pesos; le sigue la mediana de 70 pesos y las que no se han vendido son las piñatas grandes de mil 200 pesos la de cinco picos y mil 500 la de siete picos”, mencionó.
Para sostenerse, las siete familias que se dedican a la fabricación de piñatas han incursionado en la creación de personajes animados para cumpleaños, incluso adornos para bodas y 15 años, los cuales tienen que promocionar en internet porque la plaza no se presta para ello, explicó Ramírez Villegas.
La comerciante está embarazada de ocho meses y tiene un hijo de 11 años que le ayuda a forrar las piñatas de cartón, mientras que su esposo se dedica a entregar la mercancía a domicilio. Durante el día, Mayra y su hijo llegan a realizar entre tres a cinco piñatas que requieren dedicación de tres horas.
“Los ponis son las piñatas preferidas para las niñas; el rayo Macqueen para niños; las estrellas para las posadas”, mencionó la oferente.
Las piñatas de barro no son pedidas por los clientes y por eso se ha cambiado la materia prima a la de cartón; se elaboran con cajas que compran en la cartonera, papel de china, papel lustre, cartoncillo, pegamento, silicón y mucha creación, explicó el hijo de Mayra, quien se ha hecho experto en la fabricación de piñatas de cumpleaños.