Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- El factor principal por el cual la población del Centro Histórico de Morelia abandona sus viviendas es el uso de suelo, mismo que va modificándose según la planeación urbana del gobierno municipal en turno.
Así lo refirió en entrevista para El Sol de Morelia, Salvador Chacón Piñón, coordinador de la sección de Monumentos Históricos del centro INAH Michoacán, quien advirtió que dicho fenómeno afecta la conservación y el uso habitacional de los diferentes centros históricos del país, incluido el de Morelia.
“El uso del suelo es competencia de los ayuntamientos. Son ellos quienes, de acuerdo a sus planes y ordenamientos municipales, van generando esta posibilidad de uso de suelo. Por ejemplo, actualmente hay diferentes casas que se utilizan como restaurantes o bares que se han modificado para un uso comercial, lo que provoca afectaciones en la vida cotidiana de los habitantes de la zona: si vives junto a un bar que esté con música hasta la madrugada, pues no vas a poder dormir”, señaló.
Ante tal problemática, dijo que es necesario pensar en el uso habitacional como una posibilidad de conservación de los centros históricos y del patrimonio en general.
En el marco del 479 aniversario de la fundación de Morelia, destacó que la zona de monumentos –cuya declaración fue otorgada hace 29 años por la Unesco– es una de las mejor conservadas del país, gracias al trabajo coordinado de los gobiernos municipales y el centro INAH Michoacán.
La importancia que tiene una declaratoria de Patrimonio mundial nos obliga a trabajar en la conservación. Por ello debemos ser corresponsables la ciudadanía y los órdenes de gobierno, para seguir manteniendo esta calidad monumental
Cuestionado sobre los daños registrados en la zona de monumentos, tales como inmuebles colapsados o edificios sin permiso de construcción, Chacón Piñón reconoció que sí han detectado obras que no cumplen con la autorización, aprovechándose del confinamiento social debido a la crisis sanitaria.
Sin embargo, explicó que el centro INAH trabaja de la mano del ayuntamiento moreliano.
“El municipio es quien realiza la suspensión o la clausura de los trabajos para poder encaminarlos a que hagan el trámite con el INAH y ver cada una de las acciones, si son o no factibles de regularizar. Todos estos trabajos irregulares se han estado canalizando para un trabajo conjunto con el municipio”, detalló.
El decreto de zona de monumentos históricos, publicado en el Diario oficial de la federación en diciembre de 1991, consigna que ésta comprende un área de 3.43 kilómetros cuadrados y está conformada por 219 manzanas en las cuales se ubican edificios con valor histórico, construidos en los siglos XVII al XIX. El censo contabiliza mil 113 “obras civiles relevantes”, 20 edificios religiosos y catorce plazas, jardines y fuentes que también son contempladas en dicha ley.