Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La venta de ropa de reúso o de segunda mano, es una opción para la población no sólo en términos económicos porque es más barata, sino que se vuelve necesaria frente a la crisis ambiental que se vive por el “fast fashion”, así lo señalaron quienes impulsan este emprendimiento que se desarrolla tanto en tianguis como en bazares de Morelia.
De acuerdo con cifras oficiales, la producción de ropa representa el 10 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono a nivel global.
El “fast fashion” (moda rápida) se refiere a los grandes volúmenes de ropa que se producen diariamente por parte de los dueños de la industria de la moda y que está en función de tendencias, temporadas y de una necesidad en innovación que contribuye a poner en el mercado millones de prendas.
Ante el aumento de la producción de ropa, misma que cambia aceleradamente de los anaqueles, el informe “Promoción de la Economía Circular en el Sector Moda y Textil en México”, indica que mientras Alemania logra reciclar alrededor del 65 por ciento de los desechos textiles, en México sólo el 5 por ciento son reciclados por la falta de innovación, así como de los elevados costos de producción.
Segunda mano en Morelia
Desde hace tres años, Ana Luisa Sánchez incursionó en la venta de ropa de segunda mano en Morelia a través de su negocio llamado “Tela Retro mx”, ya que en un inicio se consideraba una “compradora compulsiva “de prendas, pero al mismo tiempo irónicamente también estaba interesada en los impactos que la misma industria genera en el medio ambiente.
La también profesora expresó que más allá de ser dueña de su propio negocio, es importante que el “fast fashion” sea visto de una manera más ética, porque tan sólo para la elaboración de unos pantalones de mezclilla se ocupan hasta tres mil litros de agua.
Ana Luisa hizo hincapié en que la sociedad debe quitarse todos los estigmas impuestos históricamente a la ropa de rehúso o de segunda mano, referente a que es ropa sucia, con poca higiene, utilizada incluso por personas que ya fallecieron o que no tiene la misma calidad.
“Si se investiga un poco el proceso, te darás cuenta que hasta las mismas pacas de ropa tienen filtros de seguridad en las mismas aduanas, es decir, deben tener cierta limpieza e incluso a mí me ha tocado que algunas prendas aún tienen las etiquetas de tiendas departamentales importantes”, expresó.
En los tianguis, como el que se instala cada domingo en la zona del Panteón Municipal, es muy común observar las grandes pacas de ropa de segunda mano a precios accesibles que oscilan entre los diez pesos la pieza, como playeras, pants y shorts, hasta las prendas más grandes de 30, 50 y 100 pesos si es un pantalón de mezclilla, un vestido largo o una camisa. La ventaja es que las personas pueden elegir la que más les guste de acuerdo con su necesidad e incluso su propio estilo.
La estudiante de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Nelsy Íñigo Torres, quien se dedica a vender ropa de segunda mano en diferentes espacios de la ciudad, confirmó que en los últimos tres años Morelia se ha posicionado como un espacio donde emprendedores o personas buscan vender la ropa de rehúso a raíz de la precariedad de los salarios, el aumento de la inflación, o bien las problemáticas ambientales que se generan en la contaminación del aire, de los ríos y la falta de acceso al vital líquido en muchas localidades.
Asimismo, dijo que ante los estigmas que prevalecen en la ropa de segunda mano, el eslogan que promueve la joven de 18 años es: “El estilo lo pones tú” haciendo referencia a que la ropa nueva que se encuentra en los anaqueles de las grandes fábricas no es la que genera el estilo en las personas.
La joven estudiante destacó que es más fácil pagar ropa de segunda mano que las prendas de primera mano, además de que muchas de éstas son de baja calidad por la misma sobreproducción que existe a nivel global.
Para una joven que se dijo llamar “Dexter”, la ropa de segunda mano tiene muchos beneficios, uno de ellos es que el comprador podrá obtener una prenda única, se apoya el comercio local, hay una disminución en contaminación ambiental, y además la ropa se puede obtener a precios muy accesibles que van desde los 20 pesos hasta los 150 o 300 pesos dependiendo de la pieza como abrigos, gabardinas, pantalones de mezclilla o chamarras.
Excesiva producción de ropa, un desastre ambiental
La presidenta de la Sociedad Científica Mexicana de Ecología, Ireri Suazo Ortuño, refirió la importancia de que la gente deje de comprar compulsivamente ropa que no se necesita, y que además requiere diferentes químicos tóxicos para su elaboración, mismos que son arrojados a los mares o ríos donde se encuentran especies importantes.
La industria de la moda es actualmente la segunda más contaminante del mundo después de la petrolífera. El algodón utiliza el 10 por ciento de todos los pesticidas que afectan al planeta y el 2.4 por ciento de las superficies cultivables.
De acuerdo con la investigadora de la Casa de Hidalgo, la sobreproducción textilera ha impactado en que muchas poblaciones de especies marítimas se encuentren en peligro de extinción, porque los desechos de la elaboración masiva de ropa es enviada directamente a los mantos acuíferos o a zonas habitacionales marginales donde se encuentran las grandes fábricas como Shein, Zara o H&M, entre otras, lo cual ha generado daños en la salud de las y los trabajadores.
“La gente no debe tener miedo de usar la ropa de reúso, si se desinfecta no hay problema en utilizarla, al contrario, se contribuye a mejorar el medio ambiente tan deteriorado”, insistió.
