Tormentoso, retorno voluntario de migrantes mayores

Rechazo, depresión y hasta traumático, el regreso de quienes tras abandonar sus raíces deciden volver a su tierra

CÉSAR ABREGO/ Enviado

  · sábado 1 de junio de 2019

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ZAMORA, Mich.- (OEM-Infomex).- A pesar de que la estancia de los hoy adultos mayores que desde edades tempranas migraron hacia Estados Unidos fue exitosa, la búsqueda del ideal de retorno voluntario a sus lugares de origen resulta difícil e incluso puede generar experiencias traumáticas para ellos, al enfrentarse a situaciones de rechazo y desapego.

De acuerdo con el estudio de Óscar Ariel Mojica, representante del Observatorio Regional de las Migraciones de El Colegio de Michoacán, basado en los testimonios de familias que tras haber alcanzado el sueño americano al cruzar la frontera en la época de los 70 y con el paso de los años tener una jubilación, fruto del trabajo realizado en 30 años, son distintos los sentimientos que los adultos mayores experimentan al momento de querer regresara sus lugares de origen.

Señala que si bien las estadísticas nacionales apuntan a una disminución de hasta 120 mil mexicanos que dejaron de cruzar la frontera deMéxico para ingresar al vecino país del norte desde el año 2000 al 2013, principalmente obedeció a factores como la crisis económica por la que atravesó la Unión Americana en 2008, y además un retorno masivo derivado de las políticas migratorias que ha impulsado el gobierno de Donald Trump.

Al definirse dos tipos de migrantes: aquellos que entre sus objetivos está el regresar a sus comunidades de origen y los que buscan establecerse en Estados Unidos, es ahí donde, según la óptica de Ariel Mojica, se generan ideales para aquellos migrantes jubilados que por decisión propia retornan, pero sin la compañía de sus familiares.

Según la narración que el investigador expuso durante su ponencia en el Primer Congreso Internacional de Migración y Vejez Migrante, realizado en el municipio de Zamora el pasado jueves, “Juan y Carmen se casaron en la década delos 60. Carmen era originaria de Patambarillo y Juan de Patámbaro. Ambos iniciaron su historia migratoria desde la década de los 70”.

Ya instalados en Estados Unidos comenzó a crecer la familia, “un hijo nació y el resto, a excepción de los dos menores, contrajeron matrimonio con personas de distintas nacionalidades y tuvieron descendientes, todos nacidos en el norte”, mencionó.

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Aun cuando el círculo familiar iba en aumento, los oriundos de la mencionada región michoacana no quitaron el dedo del renglón para continuar con sus planes de retornar, “pero éstos fueron aplazados hasta conseguir la jubilación y tener capital, tierras y casa en su comunidad”.

Sin embargo, continuó, “a pesar de cumplir con sus objetivos, la pareja de migrantes no encuentra éxito en esos objetivos, debido a que hijos y nietos no tienen intención de retornar de manera definitiva a México, ni se visualiza esa remota posibilidad ante su situación migratoria, legal, prestaciones que tienen en el vecino país y trabajo”.

A ello se sumarían las historias de cientos de michoacanos, quienes luego de pasar décadas fuera de sus comunidades optan por retornar al lugar que los vio nacer a fin de terminar de fincar su casa, invertir en el campo o simplemente trabajar en su país, pero la realidad es otra; llegamos y no encontramos empleos, no nos consideran dentro de las políticas, lo único en lo que podemos trabajar por los estándares de edad es como ‘cerillitos’ en algún centro comercial

Pese a ello y ya en un contexto estatal, dicha fuente de empleo -la cual pasó de ser para estudiantes de secundaria a adultos mayores- con las posibles nuevas medidas ecológicas de prohibición de bolsas de plásticos para grandes cadenas comerciales, podría quedar extinta y sin oportunidad para migrantes jubilados, pensionados, ex braceros o michoacanos en retorno.

Por otra parte, los contextos de violencia en Estados Unidos han alentado también a la situación de retornos obligados y voluntarios en seis estados de la República, entre ellos Michoacán, Jalisco, Zacatecas yGuanajuato, según los estudios del Instituto de Investigaciones Sociales de laUniversidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mismos que en conclusión no están ni preparados ni interesados en la migración en retorno, pese a los esfuerzos en los últimos 20 años de la sociedad civil.

2017, año decisivo en la política migrante

Se puede describir 2017 como el año con mayores claroscuros en lo que respecta al sector migrante de Michoacán, ya que a diferencia de 2016 y2018, se registró un incremento de 5.4% en la captación de remesas, pero que a su vez lideró en el número de connacionales repatriados de manera voluntaria e involuntaria.

Desde las amenazas y mensajes de odio que constantemente envió a principios de año el entonces candidato a la presidencia estadounidense, Donald Trump, se avizoraba un panorama complejo para las miles de familias mexicanas y michoacanas que radican en el vecino país del norte de manera irregular.

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Hoy, a más de dos años del arribo de Trump a la Casa Blanca, la media de deportaciones desde 2017 y 2018 ha sido de entre 15 y 17 mil connacionales mexicanos, quienes en su mayoría han retornado a sus comunidad eso municipios de origen.

Asimismo y contrario a las repatriaciones obligadas y por decisión propia, las remesas se mantienen como el bastión de la economía michoacana, al ocupar 12% del Producto Interno Bruto (PIB), todavía mayor al total de la actividad turística de la entidad, según estudios del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM).

Asimismo, al cierre de 2017 se contabilizaron dos mil 895 millones de dólares por concepto de remesas provenientes de Estados Unidos, que en moneda nacional representa 54 mil millones de pesos; 85% del presupuesto autorizado para el Gobierno de Michoacán en el Ejercicio Fiscal del año anterior.

Mientras que al término del año 2018, el Banco de México reportó que de enero a diciembre, Michoacán recibió tres mil 392 dólares por concepto de remesas, lo cual representa 16.1% más que el año anterior al mencionado, de cuya totalidad 92% es destinado para el sostenimiento familiar y el resto para el patrimonio.

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