Morelia Michoacán (OEM-Infomex).- Michoacán es la entidad número uno a nivel nacional con el porcentaje de adultos mayores que carecen de servicios públicos de salud, pues hay casi 200 mil personas en esas circunstancias de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según el más reciente censo de población, en la entidad hay 601 mil 699 habitantes de 60 años o más, de los cuales el 32 por ciento (192 mil 543) no cuenta con seguridad social, por lo tanto no tiene acceso a servicios públicos de salud como el IMSS o el ISSSTE. Chiapas, Oaxaca y Tabasco son los estados que también encabezan la lista, mientras que en el otro extremo aparecen Nuevo León, Chihuhua y Baja California Sur.
La condición de vunerabilidad en este sector se confirma con datos del Consejo Estatal de Población (Coespo), en el que se aprecia que 37% de los más viejos dependen de sus hijos para tener los ingresos básicos que les permitan vivir, el 81% no tiene pensión ni jubilación y una parte de este sector aún sigue trabajando.
Acorde con el más reciente reporte de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), en Michoacán el 5.8% de los hombres de 60 años y más trabaja y percibe un ingreso mayor al salario mínimo, pero en ese renglón apenas se ubica el 1.3% de las mujeres.
La mayoría de los adultos mayores que trabajan lo hacen en la informalidad, pues las empresas públicas y privadas prefieren contar con empleados de 40 años o menos, compartió el delegado de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Rubén Flores.
En la entidad, las actividades que más ocupan a este sector son la de empacar las compras en las tiendas de autoservicio, pero también en el comercio, en labores de limpieza y en el campo. El trabajo, y principalmente el informal, es parte de uno de los escenarios en los que viven adultos mayores en Michoacán, donde 71 mil 552 viven solos.
Actualmente hay 46 adultos mayores por cada 100 jóvenes menores de 15 años, y de acuerdo a proyecciones de Coespo, al igual que el país, en Michoacán se camina hacia una población en senectud, estimando que para 2030 haya más viejos que personas menores de edad.
Urgen políticas poblacionales
Especialistas como Gabriela Morales Gil, médico geriatra, consideran urgente que se generen políticas para atender a este sector de la población y que tenga calidad de vida en dicha etapa.
“No contar con servicios de salud y tener vulnerabilidad económica es un tema que debiera alarmar a los gobiernos y a la sociedad civil”, considera en entrevista, y agrega que Michoacán es de los estados con mayor índice de diabetes mellitus que afecta principalmente a la población mayor.
No tener una óptima atención en salud y además mantenerse en actividades laborales pone en una mayor vulnerabilidad a este sector, que a decir de Morales Gil, llega a presentar enfermedades crónicas degenerativas.
Además de atender los temas salubres y economía para los adultos en senectud, se debe pensar en brindarles un mayor bienestar emocional, dijo la geriatra, considerando que muchos de ellos son víctimas de la discriminación o violencia psicológica, incluso por parte de su propia familia.
Sin pensión y sin servicios de salud
A sus 89 años, una de las mayores preocupaciones de María Inés Salguero es poder solventar sus gastos, tener para “el día a día”. No le gusta molestar a sus hijos, pero no cuenta con una pensión propia y ni hablar de servicios médicos, así es que de pronto se apoya en ellos.
“Tenía una pensión de eso del gobierno, algo de Bienestar, pero luego fui y que ya me habían quitado de la lista que porque registraron que ya me había muerto”, compartió la originaria del municipio de Charo.
El único ingreso que tiene seguro es el que le dejó su esposo, que hace 24 años falleció, pero es muy poco para solventar los gastos, cuenta Inés, tras compartir que recibe 2 mil pesos a la quincena.
“Casi no la libro”, relata al recordar que semanas atrás tuvo Covid-19, y aunque no tiene seguridad social, buscó la forma de tener su tratamiento médico, y desde casa confió en que el virus pasaría, y así fue, no sin dejar huella. Ahora necesita de un bastón para caminar.
Para Guadalupe Flores, el escenario tampoco es el mejor. Ella trabajó toda su vida en la informalidad: tiendas de ropa, zapatos, muebles y hasta de comida.
Hoy en día no cuenta con una pensión y tampoco con IMSS o ISSSTE, “pero tengo Seguro Popular”, dice, tras recordar que no ha revisado el estado de ese servicio que fue replanteado con el actual gobierno federal.