Lázaro Cárdenas, Michoacán (OEM-Infomex). - Tras los hechos violentos que ocurrieron con uno de los miembros de la Diócesis de Apatzingán, la institución afirma que seguirá orando por la conversión de los agresores, un grupo armado originario de Colombia que se encontraba en la localidad La Loma, Jalisco.
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El obispo Cristóbal Ascencio García compartió que luego de comunicarse con el padre José Luis Segura Barragán programó una visita a esta comunidad para el próximo 27 de agosto donde “haré una oración de desagravio a nuestro señor y tendremos sacramentos como primeras comuniones y confirmaciones”, anunció.
“Seguiremos orando por ellos, pidiendo su conversión y desde luego que, si aún están ahí, los invitaré personalmente a cambiar de vida y acercarse de corazón al señor. Si Dios nos da vida, después de esa visita con gusto podré compartir lo que hayamos tenido”, dijo.
El líder de la Diócesis de Apatzingán, compuesta por 54 miembros, compartió que según lo expresado por el padre Segura Barragán a la hora de la celebración eucarística, los sujetos armados ingresaron con armas, y ante la invitación de pedirles que las dejarán afuera “ellos no quisieron y se molestaron permaneciendo ahí”.
Ascencio García, al ser cuestionado sobre si ha experimentado alguna situación similar recordó que hace poco más de tres años fue despojado a mano armada de su camioneta, quedando varado en la carretera junto con su chófer, aunque al día siguiente le fue entregada.
Asimismo, admitió que en otras comunidades ha coincidido con civiles armados, a quienes invita a acercarse a Dios.
“Cuando he ido a Acahuato (Apatzingán), al santuario de la Virgen he encontrado en la plaza a los armados, les invito a que guarden sus armas y se vengan al encuentro del señor en la celebración eucarística y me dicen ahorita vamos y nunca han llegado. Les dije que estoy dispuesto a confesarlos para el perdón de sus pecados”, comenta.
El obispo de Apatzingán, aseguró que la Diócesis “está con mucha calma gracias a la presencia del Ejército y Guardia Nacional”. En ese tenor, afirmó que no ha aceptado ningún tipo de seguridad especial para su persona.
“No he aceptado. El señor Jesús me permite no experimentar miedo ante la presencia de mis hermanos que por equivocación, militan en el crimen organizado”, concluyó.