Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Aunque se cuenta con avances sustanciales en términos de inclusión a la diversidad sexual, en la entidad prevalecen prácticas de homofobia y transfobia que principalmente se reflejan en el ámbito laboral, pero a la par, el estado ha sido escenario de al menos 153 crímenes de odio entre 1980 y 2017, de acuerdo a una investigación del activista Gerardo Herrera Pérez, la cual se reflejará en un libro próximo a publicarse.
Esa cifra es consecuencia de una exhaustiva revisión a notas de prensa, testimonios directos y datos de colectivos y organizaciones no gubernamentales, pues las autoridades en el estado “no cuentan con estadísticas confiables ni proporcionan la información requerida”, sostiene el también columnista y asesor en derechos humanos, quien añade que los casos han ocurrido principalmente en Morelia, Lázaro Cárdenas, Zacapu, Zamora, Nueva Italia y Zitácuaro.
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En ese tenor, la Fundación Arcoíris, fundada en 1988 y dedicada al análisis de la sexualidad en Latinoamerica y el Caribe, ha documentado en su página de Internet que de 2014 a la fecha se acumulan 30 asesinatos contra personas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero, Transexual, Intersexual y Queer (LGBTTTIQ) en Michoacán, mientras que en todo el país se tiene el registro de 419 casos que además de crímenes incluye desapariciones.
En entrevista exclusiva, Herrera Pérez sostiene que este tipo de casos deben clasificarse como “crímenes patriarcales”, toda vez que obedecen a inercias culturales de dominio y poder. En la recopilación de casos halló que se recurre principalmente al arma de fuego en estos asesinatos, pero hay una importante presencia de objetos punzocortantes, lo que implica actos de crueldad extrema “y revela una sensación de placer en el homicida”. En una mayor parte de dichos crímenes la víctima ha sido asesinada en su propia casa para después arrojar el cuerpo en lotes baldíos, barrancas, ríos, huertas o caminos de difícil acceso.
Dichas tendencias, afirma Herrera, hacen sentido con el mandato de masculinidad que muestran los hombres heterosexuales, “se creen sabios, son los que tienen el poder, la autoridad y los que manejan la violencia”. Cita a la escritora argentina Rita Segato, quien pone énfasis en lo belicoso de estas conductas que asumen potencia sexual y moral, de tal forma que llegan a matar “porque no cumples con las condiciones socialmente aceptadas”, lo que se ha reflejado en entrevistas a homicidas presos que dicen haber matado porque la víctima “andaba en malos pasos”, de ahí que exhiban a los cuerpos tirados en las calles como una especie de escarmiento para el resto de la sociedad.
Gerardo Herrera ha impulsado reformas legales en el estado para que la llamada comunidad diversa goce de los derechos que nunca tenía por qué perder. En 2007 ya planteaba, junto a otros activistas, que se nombrara un Día Estatal contra la Homofobia y que fuera una realidad la Ley Estatal para Prevenir la Discriminación, lo que se concretó en 2008.