"Todo obispado está conformado por un cabildo eclesiástico, el cual se reúne para tratar los asuntos más importantes, como cuestiones del diezmo, para ello se crearon las salas capitulares y en la Catedral de Morelia se encuentran dos: la actual y la antigua, ambas guardan innumerables reliquias que no son muy conocidas por la sociedad por estar bajo mucha vigilancia, en la nueva están la pequeña réplica de Nuestra Señora de la Salud de Pátzcuaro en pasta de caña, los báculos y sombrero de don Vasco de Quiroga, así como los cristos de Manuel Tolsá, entre otras”, así explicó en entrevista exclusiva para El Sol de Morelia José Pascual Guzmán de Alba, responsable del Archivo de Catedral, quien con base a un registro fotográfico del lugar realizado previamente, explicó el origen y significado de estas piezas.
La nueva Sala Capitular, ubicada en el lado poniente de este templo y junto al atrio, resguarda artículos importantes del primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, mejor conocido como Tata Vasco por los indígenas del siglo XVI, ya que "este personaje fue fundamental para la consolidación de la Iglesia católica, en este caso de la Diócesis de Michoacán, la cual se estableció en 1536 por el Papa Paulo III en Tzintzuntzan, después don Vasco la trasladó a la ciudad de Pátzcuaro entre 1554, donde tuvo la idea de erigir una catedral de cinco naves, pero sólo se construyó una, era un proyecto muy grande", así relató Guzmán de Alba, quien lleva trabajando en el archivo desde hace 24 años, por invitación del entonces arzobispo y amigo Alberto Suárez Inda, actualmente cardenal del Arzobispado de Morelia, quien llegó a esta ciudad en 1995, "él me invitó a trabajar con él y ese mismo año entré, él venía de ser ocho años obispo en Tacámbaro, llegó como arzobispo, sabía que me gustan los documentos y archivos de historia”.
Tata Vasco es un referente importante en Michoacán, enemigo de los encomenderos codiciosos y fiel defensor de los indios, su labor está materializada en los famosos pueblos hospitales de indios, él tomó posesión como obispo en 1538, primero en la iglesia de San Francisco en Tzintzuntzan y al día siguiente en el sitio donde se construiría la catedral de Pátzcuaro, la cual es hoy día la Basílica de la Virgen de la Salud, donde reposan sus restos.
Aunque esta amada figura no permitió que las intenciones de Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España, de pasar la capital a la recién fundada ciudad de Valladolid el 18 de mayo de 1541, se lograra; fue 19 años después de su muerte que el tercer obispo de Michoacán, Juan de Medina y Rincón, cambió la sede obispal a la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, en 1580 y la construcción de la Catedral fue en 1660.
Nuestra Virgen de la Salud en Pátzcuaro la mandó a hacer Vasco de Quiroga, primer obispo, y está hecha de pasta de caña, pero ésta fue restaurada, hay registros fotográficos de pinturas de la original, la cual se presume que era de mayor tamaño, y cuando la recortaron, con lo que sobró se realizó la réplica que se encuentra en esta Sala Capitular. Además éste también ordenó que se nombrara como la patrona de los enfermos del Hospital de Santa Martha de Pátzcuaro
De acuerdo a los estudios realizados, esta imagen está hecha de pasta de caña de maíz, desde la cara hasta la cintura, formada por fibras largas de caña unidas por “tazingui”, que es lo que actualmente se conoce como engrudo, en derredor del esqueleto, el ropaje también estaba hecho de pasta, por lo que en 1690 fue recortada por orden de Juan Meléndez Carreño, de ahí salieron varias réplicas pequeñas, algunas se mandaron a las Islas Filipinas, España, y una está aquí en la Catedral.
Asimismo, en la Sala Capitular de la Catedral se guardan con celo y respeto algunos artículos personales de don Vasco, como los dos báculos y su sombrero, los primeros son largos y delgados tallos de madera fina color café rojizo oscuro, muestran adornos de plata forjada en sus extremos superiores e inferiores, arriba tienen figuras repujadas de plata, manifiestan ser artefactos del siglo XVI y probablemente son completamente europeos.
Todo obispo tiene un báculo y éste representa su función, su figura sacerdotal es de aquella persona capaz de impartir una cátedra, por eso la Catedral es considerada el lugar donde él enseña la Palabra de Dios, es el responsable del obispado y supervisa la buena marcha de la Iglesia, es maestro y también es pastor, el cual tiene que guiar a su rebaño a los "buenos pastos", que nunca se pierdan en la búsqueda de ellos, que no se desorienten, es el episcopus, que supervisa a una comunidad
Además está el sombrero de Vasco de Quiroga, el cual “fue hecho por los indios del pueblo de Nurío, es de lana negra y al estilo de los que en Michoacán llaman panza de burro, tiene forro de seda de color verde que cubre también su parte inferior, es acanalado y lleva un grueso cordón de seda negra y de ahí se desprenden dos borlas episcopales”.
Además señaló Pascualito que cualquier Sala Capitular cuenta con el asiento del obispo y de sus 12 acompañantes, con quienes sesiona, “aquí en la Catedral está la antigua, donde también hay cuadros interesantes, la nueva sala tiene en uso poco más de 20 años", pero por ser muy extenso el tema sólo se abordó la nueva sala, donde están los báculos y el sombrero de don Vasco de Quiroga, y la imagen pequeña de Nuestra Señora de la Salud.
La capilla que está previa a la Sala Capitular se llama “Porta coeli”, que significa “Puerta del cielo”, es la entrada a la sala. Ahí se encuentran varios cristos de Manuel Vicente Agustín Tolsá y Sarrión, quien fue arquitecto y escultor español, quien llegó a la Nueva España en 1791, donde fue director de escultura de la Academia de San Carlos; sus mayores obras son la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, Palacio de Minería y la Estatua Ecuestre de Carlos IV, conocida como “El caballito”.
En este sitio también se encuentra una urna en repujado, donde se guarda la reserva del Santísimo Sacramento, es decir, donde está la comunión que se les da a los feligreses, "de manera representativa, los Días Santos, que van desde el jueves hasta el domingo, se le pone flores al monumento, pero una vez que ya se puede dar la comunión, después del Viernes Santo, cuando no se celebra la misa, único día del año, ya se da y lo que queda de las ostias se vuelven a guardar aquí", dijo el director del archivo, quien además señaló que la figura al lado del Santísimo Sacramento es probablemente San José, por estar dedicada éste a la Iglesia, y la otra figura se trataba de San Pablo, el cual “siempre se representa con un libro, que es la Palabra de Dios, y San Pedro es el que trae las llaves, éstos son los pilares de la Iglesia cristiana, es hablar de que fueron fundamentales para su fundación, posterior a la muerte de Cristo".
Explicó también que esta sala es importante por las funciones que realiza el obispo, donde se encargaba de asuntos de los diezmos, anteriormente no sólo de la Catedral, sino de la diócesis. Finalmente, subrayó que la estructura de las salas capitulares está contemplada en tener el número de doce canónigos, que por tradición y con base en la Escritura, fueron 12 los apóstoles, las 12 tribus de Israel, y ese número tiene un significado de plenitud, en el Apocalipsis se habla de los 24 ancianos, doce padres del antiguo pueblo de Dios y los doce nuevos que son los apóstoles, la Iglesia ha mantenido esa tradición.