Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Fue de los últimos en ingresar. Rodrigo Vallejo, hijo del ex gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa apresura el paso, pero por instrucciones del staff, dobla hacia la derecha, en dirección al Centro de Información, Arte y Cultura (CIAC), porque no puede entrar a la aplicación del examen de Derecho para ingresar a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) con el maletín negro que le cruza por el pecho y el dorso.
Son las 7:30 de la mañana y el hombre de casi 40 años luce fresco, viste una camisa morada de cuadros y un pantalón mezclilla. Afirma que viene preparado, mientras espera junto con un grupo de jóvenes que abran la zona de paquetería, donde dejarán mochilas, celulares, gorras y todo aquello que no sea un lápiz, una goma, un sacapuntas y calculadora básica.
El menor de los Vallejo Mora, que salió de prisión el pasado 23 de noviembre de 2022, luego de ser absuelto por el delito de delincuencia organizada, que le impuso la Fiscalía General de la República en el 2019, admite que pese a la competencia, en el examen se verán reflejados sus resultados porque está preparado.
Las tres veces que ha estado en prisión, asegura, es algo que lo motivó para decidir estudiar Derecho; “Me motivo, lógicamente, las leyes y la justicia hay que enfocarlas bien en lo que viene siendo (sic) los derechos humanos, saber perfectamente bien en lo que se basa la constitución”.
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Con la ficha de registro en mano, refiere que tenía muchas ganas de ingresar a la Michoacana, porque la institución representa un orgullo para todos los michoacanos por el prestigio que tiene y por ser una de las mejores y reconocidas del país.
Sobre sus planes políticos y la búsqueda de una diputación federal en el próximo proceso electoral, detalla que hasta el momento no hay nada escrito, pero sigue trabajando en ello; “Le agradezco mucho al Partido del Trabajo al que quiero pertenecer, que me den las posibilidades y las puertas, es un orgullo que me inviten y me dejen participar en la contienda: vamos a seguir trabajando para que sea algo natural y no un dedazo”.
Antes de volver a la fila, se le pregunta si las leyes en México son justas y él, con la mirada fija y sonriente afirma: “Las leyes sí, los hombres no”.