Morelia, Michoacán.-La restauración completa de la pirámide en la Zona Arqueológica de Ihuatzio podría extenderse más de un año debido a que continúa la evaluación de los daños que provocó el derrumbe para, posteriormente, buscar conciliar el presupuesto con la aseguradora Agroasemex.
La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Michoacán, Eugenia Fernández Villanueva Medina informó a El Sol de Morelia que por el momento se llevan a cabo trabajos de limpieza y cuantificación, sin embargo, será una vez que pase la temporada de lluvias cuando se comience con el reacomodo de las piezas.
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"Estamos cuantificando cuánto fue el volumen que se derrumbó, todo lo que implica limpiar y separar la piedra por el tipo que se requiere en cada fase. Estos procesos no son rápidos. Primero hay que ver el presupuesto, y después hacer proyecto que se tiene que presentar al Consejo de Arqueología, pero no creo que pueda ser antes de un año", explicó.
De acuerdo a la arqueóloga, además de la primera intervención de finales de los años 30 donde se utilizó cemento para el mantenimiento de la estructura, la sequía extrema y, posteriormente, las precipitaciones pluviales registradas en la región hicieron que se generara el deslave.
"Las tierras de esta zona son muy expansivas; en cuanto se humectan, crecen y cuando se secan, se contraen e incluso se agrietan lo que permitió que se hicieran grandes espacios en la parte superior por el ambiente reseco y, de repente, las lluvias tan abundantes penetraron más fácil. Esto ejerció esa presión y, finalmente, el edificio acabó por ceder", informó.
Pese a estos hechos, las Yácatas de Ihuatzio están abiertas a los visitantes, "lo único que se hizo fue delimitar el área donde pudiera haber riesgo de deslaves, porque la lluvia sigue y el trabajo no ha iniciado. Una de las recomendaciones es pedirle a las personas que no traten de subir a las estructuras", exhortó la especialista.
Fue en días pasados donde a través de medios de comunicación se dio a conocer que una de las paredes de esta estructura había sufrido los estragos de los fenómenos meteorológicos lo que puso en vulnerabilidad al recinto histórico.
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Ante esto, el director del Centro INAH Michoacán, Marco Antonio Rodríguez Espinosa declaró que las malas intervenciones detectadas en 2016 fueron las causantes de estas afectaciones y que su reparación podría costar entre tres a tres millones y medio de pesos.