Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Desde el inicio de la humanidad, la sociedad ha buscado soluciones para tratar las molestias o afecciones del cuerpo. De manera tradicional, por cultura o costumbre, las personas utilizan partes de plantas u otros productos como la miel o ciertos minerales para aliviar signos y síntomas de enfermedades.
Sin embargo, con el avance de la ciencia –en específico de áreas como la medicina o la farmacéutica– surge el debate sobre cuál de los tratamientos –es decir, los naturales o los sintéticos presentes en los medicamentos– es más efectivo o cuál causa menos daño.
En primer lugar, una de las consideraciones es la intensidad de la afección. Por ejemplo, no es lo mismo una gripa común o resfriado que una neumonía o bronquitis; lo mismo pasa con una lesión muscular que lleva semanas a un tirón que se recupera en dos o tres días.
En todo caso, lo recomendable es acudir a cita médica para una valoración previa del estado de salud antes de tratarlo por cuenta propia.
Un segundo aspecto es la concentración de la sustancia que permite el alivio de la molestia –denominado en farmacia como principio activo–, que en el caso de las plantas no puede regularse en un 100 por ciento debido a que factores externos como frescura, tipo de suelo en el que se sembró o cantidad de la planta utilizada en un cocimiento o té influyen en los niveles del principio activo.
Finalmente, el hecho de que una planta o sustancia sea de origen natural no significa que sea inocua o que no cause efectos secundarios, por lo que es necesario estar alerta para evitar una ingesta excesiva.
Una vez contemplado lo anterior, quizá la pregunta sería ¿cuándo es recomendable emplear un remedio natural, una medicina o ambos? Por lo regular, después de una revisión médica, el profesional de salud puede indicar una dosis de medicina por un periodo y combinarlo con algún remedio.
Ejemplo de ello es justo una gripa, en el que prescribe paracetamol para bajar la fiebre o calmar el dolor, mientras que para ayudar con las molestias de garganta puede sugerir un té de manzanilla con limón y miel.
Dentro de las investigaciones científicas, está comprobado el efecto desinflamatorio de la manzanilla al igual que el de la miel –elemento que también contiene propiedades antibióticas–, mientras que el limón apoya para reforzar el sistema inmunológico.
Adicionalmente, el efecto se refuerza con la temperatura del agua empleada en el té, ya que el calor facilita la recuperación debido a que calma el dolor. Lo importante aquí es utilizarla tibia, ya que caliente puede lastimar o agravar la irritación.
Sin embargo, en enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, hipertensión o cáncer, lo mejor es seguir el tratamiento indicado por el profesional junto con cambios en la alimentación.
En el caso de la diabetes, algunas personas consideran que el nopal baja los niveles de ’azúcar’, lo cual es cierto a razón de que una penca contiene una cantidad considerable de fibra, misma que ayuda a regular la glucosa en sangre.
Finalmente, lo importante como usuario de medicamentos o de remedios naturales es considerar cuando es apto usar uno u otro, además de que cualquier malestar que sobrepase las condiciones para realizar las actividades cotidianas es un indicativo para acudir a consulta con un doctor.