Morelia, Michoacán.-(OEM-Infomex).- A días de que el Papa Francisco aboliera el secreto pontificio para dar más transparencia a los procesos por abusos sexuales cometidos dentro de la Iglesia, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, reconoció tener conocimiento de un caso reciente de pederastia registrado en Michoacán.
Si bien de primer momento la máxima autoridad eclesiástica en la entidad refirió que “casos muy registrados o nombrados no los hay aquí”, ante la insistencia de los medios de comunicación sobre el pormenor, dijo: “hay un caso de pederastia en su proceso natural, estamos siguiendo todos los pasos pertinentes”.
De ahí que en entrevista colectiva y ya un tanto molesto, Garfias Merlos expresó que con la reforma validada por el pontífice “se hará justicia” y ésa será la mayor repercusión para los sacerdotes que cometan ese tipo de delitos. No obstante, omitió ofrecer más detalles, comprometiendo dar a conocer la información “en cuanto se tenga”.
Refirió que con la nueva medida impulsada por el Papa Francisco lo que se quiere manifestar es hacer justicia a las víctimas y que quien cometa un agravio de esa naturaleza se le castigue debidamente, situación que da señales de cero tolerancia, protección, prevención del delito contra menores “y a todos nos está urgiendo para cumplir con lo que nos corresponda”, externó.
Conforme a la información expedida por el mismo Vaticano, esta nueva disposición de la Iglesia Católica fue impuesta desde el pasado cuatro de diciembre, pero publicada el pasado día 17, fecha que coincidió con el cumpleaños número 83 del Papa Francisco.
El llamado secreto pontificio ó “código de silencio” ayudaba a mantener la información confidencial al interior de la Iglesia, con la finalidad de proteger los casos de abuso sexual clerical por protección de la privacidad de la víctima y la reputación del acusado.
Es de mencionar que como parte de esta reforma al también llamado “secreto papal” no se afectará el secreto de confesión, el cual seguirá manteniéndose bajo resguardo de los sacerdotes o de las autoridades eclesiásticas.
Las heridas abiertas del caso marcial maciel
Marcial Maciel Degollado nació un 10 de marzo de 1920 en el municipio de Cotija de La Paz, Michoacán y murió a los 87 años de edad el 30 de enero de 2008 en la ciudad de Napolés en Estados Unidos. Fue fundador de la asociación seglar Regnum Christi y de la congregación católica Legión de Cristo; desde esta última congregación cometió infinidad de delitos que fueron desde el abuso sexual a menores hasta el fraude y la extorsión.
El Vaticano recibió las primeras denuncias de los abusos de Maciel en 1948, pero no hizo nada hasta 2006, cuando el Papa Benedicto XVI lo condenó a una vida de oración y silencio, apartado del mundo.
Biógrafos e investigadores de este personaje señalan que durante años, Marcial Maciel llevó una doble vida, en la que se hacia llamar Raúl Rivas. Con este carácter tenía relaciones con mujeres y se casó en varias ocasión y procreó al menos 12 hijos tanto en México como en España.
Maciel tejió a lo largo de muchos años una fuerte y eficaz red de complicidades dentro de la Iglesia Católica y en el propio Vaticano, que le permitió hasta sus últimos días, acallar los rumores y ahogar las pruebas que se presentaban en su contra.
Los altos jerarcas católicos en México y en el Vaticano prefirieron mirar hacia otro lado mientras Maciel Degollado continuaba su carrera delictiva a la par de la del sacerdocio, en un imperio de sexo, droga y dinero.
En 1997, un grupo de ex legionarios enviaron una carta a Juan Pablo II para revelar los abusos sexuales y psicológicos cometidos por el fundador de la congregación de Los Legionarios de Cristo.
"Maciel nos ordenó que no habláramos con nadie. De entrada obedecimos. Poco a poco me fui dando cuenta de la verdad", declaró Arturo Jurado, uno de los denunciantes en mayo de 2006 a el diario español El País. José Barba, otro de los firmantes de la carta dijo: "Nuestro error de juventud fue callar la verdad".
Sin embargo y con las pruebas en la cara el Papa Juan Pablo II ordenó bloquear el asunto en Doctrina de la Fe en 1999. Entre 2002 y 2005, Joseph Ratzinger, trabajó en un informe con todas las denuncias recibidas y en 2006, ya siendo Pontífice, suspendió definitivamente a Maciel.
A once años de la muerte de Marcial Maciel, aún quedan víctimas que reclaman justicia mientras otras han negociado directamente con los Legionarios para reparar el daño. En este contexto, la iglesia mexicana ha mantenido distancia y secrecía frente al tema.
Ante esta situación de inacción, seis víctimas denunciaron en octubre de 2018 a los Legionarios de Cristo por daños morales, la primera demanda de estas características. El Papa Francisco perdonó a la Legión en 2015, pero la herida sigue sin cerrar. "Se sienten perdonados como institución, pero dentro todavía quedan legionarios que defendieron a Maciel", asegura José Barba uno de los denunciantes, ex legionario y víctima de Maciel.
De acuerdo con la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP), a pesar de la cantidad de casos de abuso, en México solo ha habido tres condenas a sacerdotes por delitos sexuales. Joaquín Aguilar, director de la red, dice que esto se debe a varios factores como la prescripción de los delitos, el silencio de las víctimas y el vacío legal existente en el país.