Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Desde hace dos años, Sara cuida de su madre, una mujer de 83 años de edad que dejó de valerse por sí misma. Con una displasia de cadera con la que nació, Enriqueta había podido hacerse cargo de sí. Sin embargo, una descompensación de sodio la llevó a ser internada en un hospital. Posterior a ello, perdió la masa muscular que la sostenía con mayor fuerza, lo que le impidió seguir preparándose los alimentos, acudir sola al baño o simplemente bañarse.
La dependencia física que hoy vive le quitó a sus dos hijas y a su hijo mayor, tiempo y libertad, narra Sara.
Pese a que entre los tres se han hecho cargo en diferentes turnos del cuidado de Queta, existe un cansancio emocional y físico permanente, aunado a las limitaciones laborales, sociales y de esparcimiento que mantenían antes de dedicarse de lleno al cuidado de su madre.
En el marco 5 de noviembre, Día Mundial de las Personas Cuidadoras, se hace un homenaje a aquellas personas que se dedican al cuidado de personas mayores o en situación de dependencia.
Esta efeméride se creó en el año 2014, para reconocer la labor ejercida por cuidadores profesionales y familiares que dan lo mejor de sí mismos en la atención a personas para el mejoramiento de su calidad de vida, bien sea por enfermedad, discapacidad o por edades avanzadas.
En Michoacán existen un millón 852 mil personas que requieren algún tipo de cuidado; 554 mil son adultos mayores de 65 años y un millón 298 mil son menores de 15 años según cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo) y la plataforma Data México.
Hay seis mil 510 personas que se dedican al cuidado de niños, personas con discapacidad y ancianos en casas particulares, con un salario promedio mensual de tres mil 800 pesos, según datos emitidos durante el segundo trimestre de 2021.
Los hombres dedicados a esta actividad en casas particulares representa el 6.11% de la población ocupada y las mujeres el 93.9%.
En el mismo periodo las personas que se dedican a esta misma actividad en diversos establecimientos alcanza las 675 personas con un promedio mensual salarial de cinco mil 40 pesos.
En este caso, los hombres en establecimientos representaron el 7.73% de la población ocupada y las mujeres el 92.3%.
No obstante, en el caso de Sara, la remuneración salarial no existe. Las 44 horas que en promedio dedica a su madre cada semana son parte del compromiso familiar que adquirió para retribuir lo mucho que Queta aportó en su educación y su propio cuidado.
Como Sara, existe un número indeterminado de cuidadores que dedican gran parte de su tiempo a la protección del adulto mayor o de las personas discapacitadas.
De acuerdo al Conapo, el índice de envejecimiento en la entidad es de 28.35 adultos mayores por cada 100 jóvenes menores de 15 años.
Los rangos de edad que concentran actualmente la mayor población son los cinco a nueve años con 441 mil 618 personas; cero a cuatro años con 429 mil 837 habitantes y 10 a 14 años con 426 mil 869 ciudadanos. Este grupo aglutina el 27.3% de la población total en el estado.
Si bien la entidad aun es una sociedad predominantemente joven, es inminente el proceso de envejecimiento poblacional. La disminución en la tasa de fecundidad, junto con el aumento en la esperanza de vida, explican el proceso de envejecimiento, cuyo aumento se triplicará para el año 2050, no solo en la entidad sino en todo el mundo. En este sentido, se ampliarán también las necesidades de este grupo poblacional, como los servicios de cuidado, a decir del organismo.
Joshua Vargas Rubio, es un técnico en enfermería que desde hace cinco años se dedica al cuidado de enfermos, específicamente de adultos mayores.
De 21 años de edad, Joshua supo desde niño que se dedicaría a proteger a las personas. La interacción que tiene con los pacientes la observa desde temprana edad, pues su madre trabaja para el ISSSTE y su hermana mayor es enfermera quirúrgica.
Su primer paciente, indica, fue un familiar, no obstante en la actualidad trabaja para la agencia de enfermería Ángeles para quien en promedio ha llegado a atender hasta cuatro pacientes por semana, divididos en diversos horarios, incluyendo las noches.
“La mayoría de los pacientes se enferman más por cuestiones psicológicas, por el desapego, por la exclusión que sienten del entorno social, por caídas o malos cuidados, ahí es cuando entra en enfermero a domicilio”, describe.
La pandemia le trajo un sinfín de pacientes. Dos de ellos, una mujer de 86 y un hombre de 91, murieron pese al esfuerzo y cuidado que puso, recuerdo que le enrojece la mirada, pues además, a los cinco días de que el señor murió, él se contagió de la enfermedad, la que después de enfrentar, le dio mayores herramientas para especializarse en este tipo de pacientes.
Montserrat Tinajero López, psicoterapeuta gestalt, explicó que el síndrome del cuidador se da en personas dedicadas al cuidado de un familiar de edad avanzada. En muchos casos este cuidador se hace cargo de manera inconsciente y al 100 por ciento del adulto, eso le trae desgaste físico y emocional que a la larga puede también afectar su salud.
Para ello, la especialista recomienda establecer horarios precisos para el cuidado que se realice, así como acompañar los procesos con terapias psicológicas que ayuden al desprendimiento emocional y la aceptación de lo que implica el paso del tiempo.
Hábitos saludables recomendables para las personas cuidadoras: comer en horarios definidos e ingerir una alimentación saludable, realizar ejercicio por lo menos 30 minutos al día, por ejemplo, caminar; aprovechar cualquier momento para descansar, procurar dormir bien; practicar alguna actividad recreativa, social, cultural o comunitaria; evitar la soledad y el aislamiento, mantener en lo posible las relaciones socio familiares; dedicar tiempo a actividades de interés, capacitación constante, aprender a administrar el tiempo, donde pueda organizar el tiempo para la realización de actividades de cuidado.
