Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Con la máxima de que toda manifestación cultural registrada con herramientas análogas o digitales se convierte en parte del patrimonio de la sociedad, el profesor y comunicador Luis Manuel Pacheco Segoviano ha desarrollado un proyecto que pretende salvaguardar el acervo fonográfico del Sistema Michoacano de Radio y Televisión (SMRTV).
El también productor y músico, conocido por la conducción de un sinfín de programas en radio y televisión, se enfoca en el periodo 1984-1995, primera década de este espacio público en la que él mismo grabó emisiones que quedaron almacenadas en cintas que hoy requieren ser digitalizadas para crear una memoria y no se pierdan en las bodegas.
Entre otros materiales que necesitan esta conversión, se pueden mencionar grabaciones de conciertos del Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez, recitales del Festival Internacional de Órgano Alfonso Vega Núñez, del Festival de Guitarra de Morelia, de las extensiones del Cervantino en la capital michoacana e incluso del Concurso de la Raza Purépecha.
A Luis Manuel Pacheco Segoviano se le vio por años en programas de televisión y radio en el SMRTV. Fue el rostro elegido para hablar de músicos invitados a distintos festivales, pero también el encargado de hacer entrevistas, cápsulas, críticas y comentarios durante distintas ediciones del Festival Internacional de Cine de Morelia. Su experiencia se extiende a otros medios como TV Azteca Michoacán, mientras que en el campo de la docencia acumula años de clases en la Universidad de Morelia (UDEM), la Universidad Latina de América y la Universidad Vasco de Quiroga.
En entrevista, Pacheco precisa que su propuesta es un ensayo explicativo más que un proyecto ejecutivo, es decir, no tiene a la vista las condiciones para llevarlo a cabo, pero sí desmenuza las bases para que con la voluntad de ese medio se pueda hacer realidad.
Cientos de cintas disponibles
“Los tres pasos a seguir son: rescate, conservación y digitalización de un acervo de casi 850 cintas ya ubicadas, aunque hay otras tantas que andan por ahí perdidas”, señala el comunicador, quien añade que el contenido de las mismas no solo es de eventos públicos, sino de transmisiones propias y colaboraciones externas.
Esa historia del Sistema está en cintas de carrete abierto, agrega, pero muchas de ellas están deterioradas por el paso del tiempo. “Se corre el riesgo de que se pierda todo lo que contienen, por eso en el ensayo se hizo una lista precisa de todo lo que hay, para saber de qué tamaño es la importancia del acervo”.
En el estudio se recuerda que las cintas con las grabaciones de cada uno de esos programas se fueron llevando a la fonoteca del SMRTV, misma que también estaba compuesta por discos de vinilo y casetes, para que posteriormente llegaran los discos compactos.
Uno de los principales problemas de origen fue la ubicación de la fonoteca, albergada en una oficina administrativa que contaba solo con estantes de madera donde eran colocados todos los materiales. Se trataba de un espacio inadecuado para conservar el material magnético y con el paso del tiempo provocó daños que en algunos casos son irreversibles.
Pacheco apunta que actualmente las cintas se ubican en otra zona dentro del inmueble de la colonia Vista Bella, pero en años anteriores “las oficinas de radio fueron reubicadas en otra ala del edificio, lo que ocasionó una afectación aún más grave del material electromagnético”. Esa área presentó sus propias circunstancias adversas como remodelaciones del edificio, arreglo de tuberías internas y otros trabajos que ocasionaron polvo y humedad, así como deterioro del material ferroso que cubre la superficie de las cintas, que están cubiertas por cajas de cartón o de plástico.
Al pasar de los años, algunas cintas fueron confinadas al espacio que ocuparon las antiguas cabinas de transmisión y grabación, en la parte más baja del inmueble. El deterioro se agravó más, ya que entraron en contacto con agua de filtraciones que derivó en un proceso de hidrolisis, presencia de hongos y el reblandecimiento de las cajas de cartón. Arrumbadas en esa zona, también se borraron algunas etiquetas de clasificación.
Obligado por historia
“No es que esté obligado, pero el Sistema Michoacano debería restaurar estas cintas”, dice el profesor, quien revela que solo hay daños graves en el 30 por ciento de la memoria del Festival de Música de Morelia y en 10 por ciento del Festival Internacional de Órgano. Del resto, todo es posible digitalizarlo, lo que incluye el Encuentro Trinacional de Arte México-Estados Unidos-Canadá realizado en 1995; además de los programas Polifonía del Tiempo, La Música del Mundo, Estrenando Cuerpo y Hablemos con canciones.
Otros materiales que se grabaron en las cintas magnéticas son efectos de sonido, promocionales y entrevistas, pero al menos la mitad de ellas también registran algún daño.
A partir de 1990, ya con tecnología más avanzada, el SMRTV toma un segundo aire bajo la dirección de Raúl Fraga Juárez, por lo que se adquieren nuevos equipos de transmisión y producción, lo que incluyó cartucheras digitales y un transmisor de mayor potencia. De esa forma, los procesos de producción anteriores fueron sustituidos hasta llegar a ser obsoletos, lo que es natural, pero lo grave, dice Pacheco, es que nadie se preocupó por la conservación y digitalización de las viejas cintas.
Hoy en día se encuentran separadas en dos grandes áreas: 88 de ellas no tienen problema alguno, pero 753 se llevaron a otro sitio para evitar más daños, pues 124 están en malas condiciones, 35 clasificadas como graves y 83 de plano ya son insalvables por la humedad acumulada.
En México, la Ley General de Archivos indica que se debe procurar la organización y conservación de los archivos en posesión de los Poderes de la Unión, los organismos constitucionales autónomos y los organismos con autonomía legal. Asimismo, fomentar el resguardo, difusión y acceso de archivos privados de relevancia histórica, social, técnica, científica y cultural.
Sin embargo, Pacheco precisa que el SMRTV no es un sujeto obligado, pero si se considera la importancia histórica de lo contenido en las cintas, bien valdría la pena hacer un esfuerzo para su salvaguarda.
Se avanza en la clasificación
Luis Manuel tiene esperanzas en que esta labor pudiera pasar del papel a la realidad, sobre todo porque ya en la presente administración se contrató a cuatro historiadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) para organizar y clasificar al material audiovisual, aunque su prioridad es lo relativo a la televisión.
Basado en técnicas ya aplicadas por La British Broadcasting Corporation, la Deutche Welle y Radio Francia Internacional, Pacheco apuesta por el horneado de cintas, cuya efectividad ha dado grandes resultados en trabajos de restauración de la Librería del Congreso de Estados Unidos a cargo del Audio Preservation Consideration Center en Culpeper, Virginia.
El horneado requiere el calentamiento de las cintas para que el óxido ferroso se vuelva a concentrar “y así la sustancia se funda y vuelva a adquirir unidad y consistencia, recuperando la capacidad de reproducción en las cabezas lectoras electromagnéticas”.
Más allá de las técnicas, Luis Manuel Pacheco recomienda al SMRTV buscar un convenio con la Fonoteca Nacional para asesoría en digitalización de archivos sonoros; hacer lo mismo con el Laboratorio de Materiales Orales de la UNAM cuya sede está en Morelia; conocer de primera mano el trabajo que hacen en Virginia y también buscar a científicos de la UMSNH.
“Finalmente es historia pura, en esas cintas hay incluso estrenos de obras musicales como el Himno de los Bosques, de Miguel Bernal Jiménez; piezas irrepetibles de las pirekuas en el festival purépecha; programas como Polifonías del Tiempo que eran una joya, con una selección musical impresionante, y hasta una producción que vino a hacer el italiano Mario Fratti, una serie fantástica con música internacional”, concluye Luis Manuel.
