Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Hicieron milagros para sobrevivir, pero a unos días del 10 de mayo, los productores y distribuidores de flores en Morelia se dicen listos para un repunte en sus ventas que calculan en 70 por ciento, tras los dos años de pandemia que prácticamente arruinó este negocio que en todo el estado tiene mil 649 establecimientos, 267 de esos en Morelia, de acuerdo a cifras del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El comercio en este sector se suele mover de acuerdo a temporalidades y fechas simbólicas, las más importantes el 14 de febrero, Día del amor y la amistad, y el 10 de mayo, Día de las madres. Es el momento en que los consumidores acuden a las florerías para enviar arreglos a sus seres queridos, con un intenso movimiento en oficinas de trabajo, hogares, restaurantes y también en los panteones, que en lo particular registran actividad intensa el 2 de noviembre.
Sin embargo, los dos años en que los contagios de coronavirus se dispararon trajeron consigo el cierre de los cementerios, las medidas estrictas en lugares públicos y una movilidad cortada de forma reiterada, por lo que este tipo de establecimientos se sumieron en una crisis sin precedentes.
La empresaria Adriana Tello Ocaña se ha dedicado por 22 años ininterrumpidos a este ramo. Comenzó con un puesto ambulante afuera del panteón Jardines del Tiempo, ahora llamado Gayoso, tras lo cual pudo invertir en una floreríay una bodega fija. En todo ese tiempo, dice, nunca se había vivido una crisis tan fuerte como la del 2020-2021, con una caída en las ventas hasta del 90 por ciento. En su caso, tuvo que sacrificar ingresos para sostener a la pequeña empresa que le da trabajo a seis personas, quienes pese a todo no fueron despedidas ni se les bajó el salario. Ahora, ya con la pandemia bajo control, la expectativa es muy distinta, pues espera que los consumidores se vuelquen a comprar arreglos florales para homenajear a las madres, ya sea las vivas o las que han muerto.
“Dependemos mucho del panteón y estuvo cerrado prácticamente dos años”, lamenta, pero agrega que otro mercado del que se sostiene su volumen de ventas es el escolar, pues las graduaciones se suelen llenar de arreglos para los alumnos. “Con los planteles cerrados fue otro golpe más a nuestra economía”, recuerda.
En la capital del estado hay entre ocho y 10 bodegas de flores que surten de producto a la mayor parte de locales, aunque también son proveedores de otros municipios aledaños como Pátzcuaro, Tiripetío, Charo, Ario de Rosales e incluso Uriangato, en Guanajuato.
Los arreglos más solicitados son las rosas y solo el 10 de mayo este negocio espera vender 200 arreglos, que en gran medida se van a los diferentes cementerios, sobre todo en Gayoso. Un día antes comienzan los pedidos e incluso hay quien sigue comprando el 11 de mayo.
En cuanto a la producción, hasta hace unos años los principales surtidores de flores radicaban en el municipio de Tuxpan, en el oriente del estado, pero en el último lustro han ganado terreno los campesinos de Villa Guerrero, en el Estado de México. De la entidad destacan los radicados en Acuitzio, quienes se especializan en Lili, también conocida como Flor de Liz y Azucena, así como girasoles. En Cuitzeo se siembran Lisianthus, Delfina y la llamada Flor de Perrito, lo que de acuerdo a datos de la Secretaría de Desarrollo Rural y Alimentario (Sedrua) da trabajo a 45 familias.
El costo de las flores depende de dos factores: el clima y las fechas festivas. Ello explica por qué en febrero es cuando más se dispara el precio de un arreglo, pues se conjunta la época de escasez con el también llamado “Día de los enamorados”. Para el 10 de mayo incluso hay sobreproducción, pero festejar a las mamás implica pagar 30 por ciento más respecto a los días previos o posteriores. Así, un arreglo de 12 rosas rojas cuesta 200 pesos en los “días normales” y 250 o 300 en esa semana.
“Hubo suicidios"
Productor de flores desde la infancia, oficio al que se han dedicado cuatro generaciones en su familia, Jorge Bernal Pedroza es originario de Villa Guerrero y también siembra flores en Acuitzio. La cosecha, dice, se tuvo que tirar en los dos años pasados, y hubo quienes no soportaron la crisis y optaron por el suicidio. En el Estado de México hay otros municipios como Tenancingo y Coatepec que destacan por la producción, pero la crisis pegó parejo. “Mucha de la flor se exporta a Estados Unidos y Canadá, lo demás va a los 32 estados del país, pero el año pasado y el anterior de plano la tuvimos que tirar, no nos quedó de otra”, dice, y añade que “solo Dios sabe cómo salimos adelante”.
