GEORGINA GASCA/ Corresponsal
AQUILA, Mich.- En Santa María de Ostula rinden culto a susmuertos, como en varias partes del país, pero con unaparticularidad, su campanario que hacen replicar todo un día.
Esta comunidad nahua se solidariza con la gente que perdió lavida de forma violenta en los caminos, la mar o simplementedesaparecieron y nunca encontraron su cuerpo, por lo que todas lasfamilias colocan al pie de un árbol una veladora, frutas colgadasy un queso. Esto es conocido como una ofrenda a las “ánimassolas”.
La fiesta mística inicia con ayuno de doce horas y una misa alas 12:00 del día, donde al término de la eucaristía dedicada alos muertos, arranca el llamado a las “ánimas solas” con unconcierto del campanario que dura 24 horas ininterrumpidas.
Este constante replicar de campanas lo hacen sólo niños que seturnan uno tras otro todo el día, mientras la comunidad acude alpanteón a venerar a sus muertos. La ofrenda a las “ánimassolas” se queda junto al pie de un árbol en todas las casas ypasado un tiempo la gente coge el queso y lo comparte confamiliares y amigos.
Informó Eliseo Robles Leyva, fiscal o juez de la iglesia dellugar, quien durante todo el año se entrega de tiempo completo alas prácticas religiosas de la parroquia.
Se dice que estas campanas ladinas son originarias de SanFrancisco, California; sin embargo, fueron transportadas en barco ala comunidad del Faro de Bucerías, donde comuneros de Ostula lasesperaban para hacer un intercambio de madera a cambio de éstas,entonces las personas tuvieron que traer las campanas al lugardeseado que es Ostula.
Pero para traerlas tuvieron que usar palos de Brasil, ya que esuna madera muy fuerte que podía y puede soportar un gran peso, lascuales fueron transportadas en los hombros de varios hombres quefelices llevaban las campanas hasta la comunidad. Ellos caminarondesde el Faro a Ostula (unos quince kilómetros), ya que en eseentonces no se contaban con autos como hoy en día. (M)