Por omisiones, prescribieron tres mil expedientes de fiscalización en la ASM

Órgano fiscalizador se encuentra en un desaseo administrativo total: auditor

César Abrego | El Sol de Morelia

  · viernes 10 de enero de 2020

Foto: Fernando Maldonado

MORELIA, Michoacán.-(OEM-Infomex).- El titular de la Auditoría Superior de Michoacán (ASM), Miguel Ángel Aguirre Abellaneda, reveló que a casi un mes de su designación y llegada al órgano fiscalizador se detectaron más de cinco mil expedientes rezagados del 2004 al 2016, de los cuales tentativamente entre dos y tres mil ya prescribieron por cuestiones de omisión e incapacidad de los encargados que lo antecedieron.

Entre los procesos de revisión que ya perdieron vigencia para que se investigue el destino de recursos públicos está la obra de remodelación del Teatro Mariano Matamoros, misma que tras una década de haberse iniciado no ha concluido, ni tampoco se han fincado responsabilidades al respecto.

Fue el pasado 15 de diciembre que por mayoría calificada en el Congreso local, Aguirre Abellaneda fue nombrado en dicho cargo por un periodo de siete años, posición que se mantuvo acéfala desde finales del 2018 cuando José Luis López Salgado concluyó su periodo al frente de la ASM, y quedara Artemio Tapia Zaragoza como encargado de despacho.

Durante un encuentro con algunos medios de comunicación local, el titular del órgano fiscalizador detalló que de los dos mil asuntos restantes en rezago, 79 han caducaron, pero que debido a esta etapa del proceso aún pueden retomarse, no así para las que su plazo vigente para revisión ya terminó.

Detalló que para poder retomar las auditorías no realizadas en dicho año y que corresponden al 90 por ciento de cuentas públicas de municipios, tendrá que solicitar anuencia de la Comisión Inspectora del Congreso del Estado, misma que preside el diputado local, Marco Polo Aguirre Chávez, para dar seguimiento.

Aguirre Abellaneda detalló que tras asumir las riendas de la ASM encontró un órgano fiscalizador cero transparente y con un desorden administrativo y de organización

“impresionante” en el que incluso no se sabe siquiera dónde está un expediente por la falta de un sistema digital que aporte, de ahí que además de la autonomía financiera estén buscando otros mecanismos para eficientizar sus tareas y operatividad.