Morelia, Michoacán.- Dentro del Bosque Cuauhtémoc de Morelia se encuentra el último oasis de agua que hay en este pulmón verde. Se trata de la Pila de los Patos; lugar que alberga diversidad de especies como la cerceta aliazul y el llamado doméstico, pero muy poco se sabe sobre su origen.
Rastrear su creación es un tanto difícil debido a que son escasos los documentos que hay sobre ella, sin embargo, se presume que fue construida entre 1964 y 1967, junto con el Hospital Infantil Eva Sámano de López Mateos que tenía su sede en este sitio antes de ser trasladado a Ciudad Salud.
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Lo anterior se menciona en el libro Añoranzas de un moreliano (1992), de Adán Lozano Vázquez, quien señala que “al lado del Hospital Infantil se construyó un pequeño lago, que se pobló de patos, que sirve de diversión a los que pasean por dicho bosque”.
Pero este no es el primer espacio que contuvo a estas aves. En el mismo texto, el autor indica que junto al kiosko que se ubica en el corazón del bosque existían cuatro pequeñas pilas en cada ángulo del jardín, además un lago que fueron quitados para construir una pista de patinaje y un parque infantil.
En su documento Pasado y presente del Bosque Cuauhtémoc de la ciudad de Morelia, Salvador Buñez Ledesma precisa que esta área era conocida como Paseo de San Pedro pero fue hasta el 5 de septiembre de 1900 que por primera vez se le adjudica el nombre de Bosque.
Algo a resaltar es que incluso desde el primer mandato de Fausto Vallejo Figueroa como presidente municipal de Morelia, de 1994 a 1995, ya se denunciaba la inseguridad que se presenta en la zona, “se han hecho comentarios sobre los problemas que lo aquejan y el mayor es la inseguridad”.
Ante esta situación, se pensó en implementar medidas como “poner pórticos con un tramo enrejado, el pueblo mediante una encuesta decidirá si se construye o no”; además de aumentar el personal de vigilancia; cosas que no ha sucedido ni una ni la otra.
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Asimismo, el escrito menciona que las labores de rescate se enfocaron en la reparación a bancas, pilas, banquetas, a la protección de los prados y a que vuelvan los patos “que tanto admirábamos en la famosa Pila”, lo que hace pensar que hubo una época en la que los animales no se encontraban ahí.
Los patos, bajo el resguardo del Ayuntamiento de Morelia
Actualmente, este espacio está bajo el resguardo de la Secretaría de Servicios Públicos del Ayuntamiento capitalino, en la que los trabajadores de la dependencia se encargan de limpiar la alberca cada 22 días, con una jornada que dura 12 horas.
En varias ocasiones se ha denunciado en redes sociales la falta de agua que padecen los patos ante las altas temperaturas que han acontecido en la capital michoacana, tan es así que hay personas que planearon organizarse para llevar garrafones y llenarla.
Ante estas declaraciones, Servicios Públicos informó a El Sol de Morelia que “cuando hay un bajo nivel es porque se está haciendo el dren del agua sucia para limpiarla y llenarla nuevamente”, por lo que hizo un llamado a la ciudadanía a no alarmarse.
Respecto a la situación de la plaga de ratas que los transeúntes han reportado haber visto hasta en horas concurridas del día, la institución municipal no supo brindar datos correspondientes al asunto, ni si se buscaría una medida de prevención.
Ante el abandono, los patos se multiplican
Otra de las controversias que giran en torno a este albergue es el abandono de patos por parte de ciudadanos que al no ser animales de hogar, la gente no sabe qué hacer y los dejan ahí, precisó el entonces director de Parques y Jardines, Alejandro Carrillo Hernández, en 2021.
El funcionario informó que había una proliferación de animales contabilizando 43, “por lo que tuvieron que dejar ahí 17 que hay de manera normal, mientras que el resto son trasladados a las instalaciones de la dirección, en donde se encuentra un ojo de agua”; según informó en un reportaje de esta casa editorial la excolaboradora Miriam Hernández, fechado en el 5 de julio del mencionado año.
