Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La escritora Mariana Enríquez tiene la afición de visitar cementerios alrededor del mundo, una costumbre que algunas personas comprenderán y otras la verán como algo raro, pero es que son sitios de interés cultural e histórico tanto por los ritos funerarios como por quienes se encuentran ahí, siendo que el caso del Panteón Civil de Morelia no es la excepción.
Pero, aunque el Panteón Civil es más antiguo que otros camposantos, no fue en absoluto el primero que tuvo la ciudad. En este sentido, en el sitio electrónico de difusión Michoacán Histórico, se señala que en el siglo XVI se usaban como cementerios los atrios de los templos de San Francisco y San Agustín y la actual Plaza Ocampo.
También se utilizaba el atrio del templo del Carmen y en este punto es de recordar lo relatado por la historiadora Lizbeth Macedo Flores, en el sentido de que el Convento de los Carmelitas Descalzos, que es donde ahora está la Casa de Cultura de Morelia, fue construido gracias a donaciones, las cuales eran retribuidas en la otra vida, es decir, dependiendo de la cantidad de la aportación es que la persona obtenía su lugar de sepultura, siendo que las más pudientes lograban mayor cercanía al templo o dentro de este, mientras que los humildes quedaban en las orillas, es decir, donde ahora se encuentra una plaza.
Luego, en 1859 se decretó la secularización de los cementerios, lo cual significó que todos los panteones del país pasaron a ser administrados por el estado. Entonces, todos los cementerios del clero se transformaron en plaza, jardín o atrio sin adorno y quedaron en Morelia dos camposantos, el de San Juan y los Urdiales, aunque este último fue clausurado el 8 de octubre de 1885 y el otro quedó rebasado.
Aquí entra en escena el Panteón Civil, cuya existencia fue posible, según Michoacán Histórico, luego de que el dueño de la Hacienda de la Huerta, un hombre que, según ese sitio electrónico, se llamó Ramón Ramírez y donó seis hectáreas de su propiedad en 1883.
Fue el arquitecto Guillermo Woodon de Sorinne el encargado de diseñar la fachada, mientras que su construcción comenzó 1892 y fue dos años después en que se empezó a dar el servicio pero, de forma semejante a como ocurre hoy con los distribuidores, fue hasta 1895 en que fue inaugurado de manera formal y el primer fallecido registrado en él fue un contador llamado Luis Lémus Olañeta.
De acuerdo con la historiadora Catalina Sáenz Gallegos, otro de los ocupantes es el hombre que inspiró al escritor José Rubén Romero para crear al personaje de Pito Pérez, el cual se llamó en vida Jesús Pérez Gaona, el cual, dijo, fue sepultado en una fosa común.
Y también está quienes tuvieron una vida y muerte de opulencia, como el huésped de la tumba conocida como La Capilla, el cual fue un hombre llamado José Ignacio Árciga Ruiz de Chávez y que en vida se dedicó a ser el segundo arzobispo de Michoacán; mientras que otro referente de quienes ejercieron el poder en el pasado es Benigno Serrato, quien fuera gobernador del estado. Pero a diferencia de Pito Pérez, ellos no lograron mucha fama después de morir. Justicia poética quizá.
La historiadora agregó que en la tierra del Panteón Civil también se encuentran los restos del médico Ignacio Chávez, nombre con el que la Universidad Michoacana bautizó la Facultad de Medicina; el escritor e impresor michoacano Mariano de Jesús Torres y también “está el teniente Isidro Alemán, el cual formó parte del batallón Matamoros durante la guerra del 46-48 con Estados Unidos”.
Y de manera más reciente, compartió Sáenz Gallegos, “están sepultados los niños españoles que nuestro país recibió cuando ocurrió la Guerra Civil Española –en la primera mitad del siglo XX- de hecho sus monumentos son muy interesantes, porque uno es un puño en alto y otro es una bandera; se dice que son 12 pero yo sólo he localizado 2 tumbas”.
Por lo anterior, es probable que a la autora de Alguien camina sobre tu tumba le gustaría visitar el Panteón Civil de Morelia.
