Palenques clandestinos: del maltrato animal al negocio millonario en Michoacán

En Michoacán la administración de Alfredo Ramírez Bedolla, decidió enviar un comunicado para prohibir los palenques y atajar las masacres

Francisco Valenzuela | El Sol de Morelia

  · lunes 13 de marzo de 2023

Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán (OEM Infomex).- Son las seis de la tarde del domingo 5 de marzo y aunque en todo Michoacán los palenques están prohibidos, en algún lugar de Morelia se realiza uno “clandestino”.

En una bodega vieja con techo de aluminio, hombres ataviados con mezclilla, tenis y gorras cargan en brazos a sus gallos para echarlos al ruedo, sobre el cual se ha colocado una bocina maltrecha en la que se escuchan las rondas de competidores, pero también se anuncian rifas de cervezas y otras promociones para amenizar la tarde.

El costo de entrada ha sido de 100 pesos, lo que sólo da derecho a subirse a las improvisadas gradas de madera y observar una a una las peleas. Una de ellas termina muy pronto: el gallo giro sorprende al colorado y lo hiere de muerte en menos de dos minutos. Los dueños se acercan y aceptan el resultado. El perdedor carga a su animal y tras observarlo se lo entrega a un niño que tal vez sea su hijo, quien juega un rato con el cadáver y segundos después lo lanza al patio trasero, donde ya se comienza a formar una importante pila de gallos muertos, derrotados.

Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

El ambiente sería otro a no ser por la sensación de que en cualquier momento podría llegar la policía estatal o el propio Ejército a desmantelar el espectáculo, o como se dice en el argot periodístico de la nota roja, “a reventar el palenque”. Así ha sucedido al menos en dos ocasiones en el municipio de Zitácuaro, primero el 23 de enero, cuando una denuncia anónima ocasionó la llegada de militares, agentes estatales y guardias nacionales, quienes les clausuraron las apuestas a más de 250 personas. Un operativo similar sucedió el 6 de marzo, ahora en la localidad de San Andrés, donde los uniformados cortaron de tajo las peleas que celebraban unos 200 espectadores.

Pasan las horas y en el palenque de Morelia no llega ninguna autoridad. Un hombre joven que acaba de ganarse mil 500 pesos gracias a un gallo blanco como la espuma sabe que hay algo de peligro, pero confía en que los organizadores hayan sido lo suficientemente astutos: “Ya sabes, siempre queda la opción del soborno”, confía mientras le acaricia la cabeza a su amigo emplumado.

En el transcurso de la tarde-noche, van arribando hombres y mujeres al mismo ritmo que cantan y mueren los gallos. Las llamadas “riferas”, mujeres que ofrecen ganarse una charola de 24 cervezas por un boleto de 150 pesos, batallan un poco para lograr su cometido, mientras que otras mujeres preparan quesadillas de distintos guisados y un hombre ya mayor vende churros y otras golosinas.

Ya entrada la noche y sin más gallos que echar al ruedo, el palenque clandestino concluye con éxito y sin un solo policía que se aparezca. Algunos apostadores se marchan contentos y otros saben que han perdido dinero, pero ya habrá tiempo de recuperarse.

Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

La noche oscura de Zinapécuaro

La madrugada del 28 de marzo del año pasado (2022), un comando de hombres armados ingresó a un palenque en la comunidad de Las Tinajas, en Zinapécuaro, para acribillar a 20 personas, entre ellas a tres mujeres. Los agresores entraron al pueblo a bordo de un camión de frituras que robaron en el Estado de México y al descender simplemente accionaron sus armas contra los espectadores que seguían en el lugar. De acuerdo a las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) se trató de un ataque a cargo del Cártel de Los Correa en contra de miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), grupos antagónicos que se pelean el control de la zona oriente del estado. A un año de la matanza, el fiscal Adrián López Solís aseguró que el grupo agresor “ya está desmantelado” y hay “algunas personas detenidas”.

Pasó poco más de un mes para que otra matanza se presentará en un palenque michoacano. El 2 de mayo, cuatro personas fueron asesinadas y dos más resultaron heridas mientras se tiraban apuestas en un domicilio particular de la colonia Los Pirules, en Morelia. Las víctimas eran hombres de entre 30 y 38 años de edad; de acuerdo a los reportes policiacos, a dos de los jóvenes se les encontró al interior de vehículos y el resto tirados al interior del improvisado recinto.

La madrugada del 22 de enero de 2023, los asistentes a una fiesta en el municipio de Jungapeo fueron sorprendidos por hombres que ingresaron con armas de grueso calibre, cobrando la vida de un hombre e hiriendo a otros tres. En las redes sociales circularon videos donde se observa el pánico generado entre la gente, que como pudo se escondió debajo de las mesas. Las investigaciones apuntan a la realización de otro palenque que no tenía autorización para realizarse.

Son peligrosos: Torres Piña

Cuestionado sobre el tema, el secretario de Gobierno Carlos Torres Piña señala que no hay las condiciones para que se lleven a cabo palenques en el estado, por lo que desde su oficina se envió una circular a los 113 presidentes municipales para que no otorguen licencias. “Los permisos los otorga la federación, pero nosotros hemos hecho una invitación a los alcaldes para que los eviten, pues los datos nos indican que se han tenido muchos problemas, situaciones difíciles que debemos evitar para que muera gente inocente que nada tiene que ver con los grupos delincuenciales”.

En el municipio de Jacona ya se preparaba un palenque e incluso circuló el programa dentro de su Feria de la Fresa, pero fue parado en seco. Lo mismo ocurrió en Tuxpan, donde el alcalde Carlos Paredes Correa decidió no incluir peleas de gallos en el carnaval que tradicionalmente se alternan con carreras de caballos. “La Fiscalía nos giró un documento para no permitir los palenques, además de vigilar que no se hagan de forma clandestina”, dijo en entrevista para este semanario.

El Rey de los Gallos

Manolo Torres es uno de los empresarios de la industria de aves de combate más respetados de México, Estados Unidos y América Latina. En su rancho Las Trojes, ubicado en la salida a Quiroga, miles de gallos conforman un coro que nunca se apaga. Están bajo la constante supervisión de profesionales que no descuidan un solo detalle en su alimentación y la higiene de sus voladeros.

Es considerado uno de los cinco hombres más poderosos del ramo, junto a otras galleras como Los Escapularios, El Quelite, Los Cardenales y Santa Bárbara. En su oficina hay decenas de reconocimientos entregados lo mismo en Estados Unidos que en nuestro país, además de fotografías que atestiguan homenajes que ya le han rendido. “El gallo es un animal maravilloso, tiene más de 60 millones de años y no se ha extinguido por su forma en que se selecciona. ¿Cómo es eso? Tú ves una parvada de pollitos en el monte, se desarrollan, comienzan a crecer, establecen un liderazgo y comienzan a combatir. El más joven va a matar al más viejo, lo hará de forma natural, con sus espolones, en la época de muda de pluma porque la naturaleza no se equivoca”, dice en entrevista.

Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

Explica que en sus criaderos buscan desarrollar animales que tengan el mayor número de virtudes para combatir, para atacar y defenderse, algo complejo porque el gallo mexicano es una especie que desciende de varias familias en el mundo, una fusión de gallos orientales y bankivas, que nacen en territorios selváticos.

En México se juega con navajas de una pulgada de filo, lo que requiere animales muy veloces, defensivos, que no permitan que el contrario les gane, explica. “A eso me he dedicado toda mi vida, a buscar el equilibrio que tenga como consecuencia el producir gallos campeones”, dice, y añade que cada año vende unos 50 mil ejemplares para distintos estados.

Con casi 50 años como criador, Manolo se ha especializado en gallos giros “a través de consanguinidad y selección”, un trabajo con altos estándares en todo el proceso que incluye incubadoras, vacunas y un estricto manejo sanitario autorizado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Esos gallos son alimentados con tenebrio que ahí mismo se produce, pero también con huevo, maíz, trigo, avena y lenteja, “nos enfocamos en un bienestar impecable para los animales”, presume.

Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

Una industria millonaria

Sólo en Las Trojes se generan 60 empleos directos, pero en todo el estado se calcula que son 270 mil las personas que obtienen ingresos en la cadena de esta industria, de acuerdo a la Comisión Mexicana de Promoción Gallística A.C., cuyos afiliados se manifestaron el pasado 7 de marzo en Morelia como protesta por la prohibición de los palenques.

Cálculos de la asociación civil Tradiciones Unidas por México indican que cada año se llevan a cabo tres millones de peleas de gallos en el país, en un universo en el cual nacen en el mismo periodo unos 50 millones de esos animales.

Hay que añadir la producción de 200 mil docenas de navajas anuales, que representan un ingreso de 300 millones de pesos; más de 182 mil toneladas de alimento, procesos de incubación, rascaderos y jaulas, así como medicamentos y vitaminas. En total, la industria del gallo deja al país casi tres mil millones de pesos en cada anualidad.

Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

La misma Secretaría de Gobernación federal considera a la fiesta de los palenques como “un signo distintivo de nuestra cultura” y otorga licencias que incluyen cruce de apuestas con solo cubrir 13 requisitos, pero uno de ellos es el visto bueno del ayuntamiento, que es donde el gobierno michoacano ha encontrado el mecanismo para prohibirlos.

Lo que en Michoacán representa un evento de alto riesgo, en otros estados es una fiesta imparable, como los palenques en Aguascalientes, Puebla, León, Tepatitlán y Tabasco, donde se presentan cantantes famosos entre las peleas. Tan solo al palenque de San Marcos asistieron más de 115 mil espectadores el año pasado, según declaró el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval.

Con el veto en la entidad, esos combates de giros contra colorados “seguirán en el clandestinaje”, dice el gallero de Apatzingán Fernando Pérez, con apuestas que pueden ser mínimas, de unos 1,000 pesos o hasta de 100 mil, “y se seguirán haciendo, porque nomás basta con que la autoridad se haga de la vista gorda”.

Mientras que asociaciones animalistas han intentado que se prohíban las peleas de gallos por considerarlas de crueldad extrema, sus promotores insisten en que esa es su naturaleza, pero también habrán de enfrentar otros amagos como el del Ejército Mexicano, que en voz del general Enrique Covarrubias López propuso a finales de febrero acabar con ese espectáculo en Michoacán, Guanajuato y Querétaro, ya que las apuestas “atraen a los delincuentes”.