Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- La tradicional noche del 24 de diciembre miles de personas en todo el mundo se reúnen con sus seres queridos para compartir el tiempo juntos en los festejos de Navidad, sin embargo hay quienes ese día emplean su tiempo en dar un servicio a los demás.
Desde las primeras horas de la víspera de Navidad, un grupo de voluntarios de todas las edades inician la preparación de alimentos que horas más tarde repartirán a sectores vulnerables; ellos son los que hacen posible la Operación Pollo.
Este proyecto social dedica a llevar alimentos preparados a personas de escasos recursos en Navidad que probablemente no tendrán qué cenar esa noche; casa hogar, asilos de ancianos, aquéllos que esperan a un familiar en el hospital e indigentes son los principales beneficiados de esta noble labor.
A 15 años de su creación, Operación Pollo es ahora una tradición de las fiestas decembrinas, expandiéndose a otras 17 ciudades de México y dos ciudades en Estado Unidos.
“Operación Pollo nace de que una navidad en 2004, un indigente le pregunta a un amigo, ‘¿A qué sabe el pavo?’, mi amigo le da dos piezas de pavo y con su familia se dedica a repartir 20 cenas a quienes encontrarán en la necesidad, ahora 15 años después estamos celebrando la larga vida de este proyecto”, dijo el coordinador nacional de Operación Pollo, Andrés Cortés Rangel.
Ese austero inicio de las 20 cenas y dos piezas de pavo ha quedado en el olvido, ya que tan solo en la ciudad de Morelia este año se planean entregar cinco mil cenas en nochebuena; a menos de dos semanas, los preparativos ya están casi listos.
Sin embargo, la tarea no es sólo llevar cenas preparadas a quienes tengan la necesidad, sino gestionar y conseguir los insumos necesarios para que éstas se puedan realizar, cocinar todos los guisos y salir a la calle a repartir; una misión que, de apariencia sencilla, requiere esfuerzo y dedicación.
“Se necesita mucha ayuda de la gente, necesitamos de patrocinios, de convenios, de donadores, gente que tenga ganas de ayudarnos, (...) conseguir el dinero para comprar todas las cosas siempre es un show, pero a se puede hacer si todos nos movemos”, señaló el director de Operación Pollo Morelia, Leopoldo Salmerón.
En su quinto año colaborando con Operación Pollo Morelia, Salmerón obtuvo el rol de director, gracias a su dedicación, esfuerzo y pasión por la causa, por lo que él es ahora quien se encarga de la gestión del proyecto desde su planeación previa, el reclutamiento de las personas voluntarias, el staff y la realización del evento, cada detalle pasa por sus manos.
Para poder llevar cinco mil cenas a personas de escasos recursos, el director Salmerón aseguró que se necesitan alrededor de 50 mil pesos, para la compra de pollos, pasta y sus ingredientes, pan y una bebida para acompañar.
Dicho recurso lo obtienen a través de donaciones voluntarias de empresas, escuelas, ventas de certificados por la colaboración con 30 pesos y el boteo diario de sus jóvenes voluntarios, que comprometidos con la causa pasan horas debajo del sol tratando de conseguir el recurso necesario para sacar el proyecto a flote.
A partir del mes de julio, el Comité Organizador comienza a afinar los detalles para llevar a cabo este ambicioso proyecto, empiezan a visitar escuelas secundarias, preparatorias y universidades en búsqueda de aquellos que estén listos para poner su tiempo y ganas al servicio de los demás.
Empezando por la gestión de recursos y el boteo con sus más de 100 voluntarios, el siguiente paso es la preparación de las cenas en las vísperas de Navidad.
La cita es a las 10 am en las instalaciones de la Universidad UNID en la colonia Ocolusen, donde los voluntarios se reúnen y se otorga su puesto en las filas de producción: hay quienes se encargan de cortar las piezas de pollo, mientras que otros están a cargo de la preparación de la pastas, los siguientes en la fila de cortar y acomodar los bolillos, mientras que los últimos responsables deben sellar las cajas, poner los cubiertos y servilletas, acompañados de su respectivo refresco.
Una vez que las cena están lista para partir comienza la otra parte de la misión: llevarlas a quienes más lo necesiten. El equipo de Operación Pollo ubica con antelación aquellos puntos de la ciudad, donde se percibe con mayor intensidad la necesidad de alimentos, como lo son las zonas de transición, colonias en la periferia del municipio, asilos y casas hogar.
A partir de las 18:00 horas, distintas comisiones parten de las instalaciones de la Universidad UNID a correr todos los rincones de la ciudad de Morelia, en búsqueda de aquéllos que necesitan un poco de alimentos y tal vez unas palabras de acompañamiento.
La tarea es ardua y el estar lejos de casa en una fecha como ésta es algo con lo que los voluntarios y sus familias han aprendido a lidiar, ya que si bien comentan en un inicio fue difícil, pasados los años, sus seres queridos se han unido a la causa.
“Antes sí era el reclamo de pasar todo el día fuera de casa, pero ahora les da gusto y me apoyan muchísimo, ahora en vez de festejar todos como acostumbramos, están aquí ayudando a preparar y repartir cenas”, asegura Leopoldo Salmerón.
Al ser un proyecto ambicioso se necesita la ayuda de muchas manos, la paciencia y las ganas de ayudar, que si bien las jornadas pueden ser extensas, el resultado final es la satisfacción de ayudar al otro.
Y es que, los organizadores señalaron que no existe un sentimiento que se compare lo que ellos reciben de quienes ayudan, “es un acto de solidaridad y para nosotros no hay nada mejor que un agradecimiento, es ahí cuando todo por lo que pasamos vale la pena”.
Así pues, cumpliendo sus 15 primaveras, Operación Pollo se consolida como un proyecto social que busca no sólo ayudar a quienes menos tienen, sino cambiar la forma de ver la vida de quienes colaboran en el trabajo.
En el júbilo de la plena adolescencia, Operación Pollo está en búsqueda de permanecer muchos años más y que cada vez sea más grande este proyecto que nació de dos piezas de pavo y 20 cenas.