NAHUATZEN, Mich.- Como un grito de auxilio, los pobladores pidieron al gobierno estatal y a su titular Silvano Aureoles que no los dejen solos, ya que temen que lo peor apenas inicie.
Minutos antes de las 12:00 horas de ayer, la caravana en la que iba la carroza arribó a la cabecera municipal de Nahuatzen; cientos de habitantes de ese municipio la aguardaban en la salida a Sevina, y desde ahí acompañarían el cuerpo del edil hasta la parroquia de San Luis Rey. A su paso, el dolor en los rostros y el llanto eran evidentes.
Más de dos mil personas llegaron a la explanada que colinda con la parroquia, el féretro aún no entraba y ya no cabía la gente al interior de la iglesia que data del año 1550, año en que fue construida por franciscanos, que es la misma época de la fundación del pueblo.
El padre Francisco hizo mención de las necesidades de Nahuatzen y de su gente al señalar que son tiempos en los que la unidad y el amor por el prójimo pueden ser la ruta para sanar las heridas.
Después de la ceremonia religiosa, el portal de la Presidencia fue el escenario para rendir homenaje a quien dijeron “hizo mucho por este municipio y siempre procuró beneficiar a la gente”. Se hizo un pase de lista del Ayuntamiento nombrando al edil, al tiempo que los asistentes gritaron “presente”. El dolor en los rostros y las lágrimas eran imposibles de ocultar, además de impotencia y frustración.
De manera sorpresiva, al inicio del homenaje, arribó la esposa de David Otlica, la única testigo presencial de los hechos -se pudo conocer que estuvo en la Fiscalía Regional de Uruapan desde la mañana del pasado martes hasta el día de ayer-, horas antes la Fiscalía General del Estado había dado a conocer que su padrastro fue detenido como presunto responsable del asesinato del presidente, quizá por esa revelación un murmullo recorrió la multitud cuando se hizo presente, quizá por eso el apoyo y los abrazos sólo llegaron de los cercanos, quizá por eso hubo quien observaba de lejos el llanto desconsolado de la viuda.
La calma se mantiene en la cabecera municipal, cientos de elementos de la Policía Michoacán resguardaron el Centro de la población y escoltaron el cortejo al panteón. “Otlica vive, la lucha sigue”, gritaba la gente al tiempo que el féretro con los restos mortales de David Otlica emprendían la última parte de su trayecto rumbo al Camposanto.