Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Desde las horas finales del 5 de enero, se podía sentir una atmósfera distinta: tianguis nocturnos en las avenidas Pedregal y Michoacán, tiendas que tenían abierto en hora inusuales, madres y padres que mostraban en sus rostros el estrés y la ilusión de obsequiar algo a sus hijos por el Día de Reyes.
Y parece ser que muchos de ellos lograron ese objetivo, pues solo basta ir al Bosque Cuauhtémoc para constatarlo. Ahí se reunieron varias familias para estrenar los ansiados, variados y muy coloridos obsequios.
En efecto, a simple vista cualquiera se podría percatar que los juguetes son nuevos, tanto la bicicleta de la niña de trenzas, la avalancha del niño regordete, como los patines del varoncito que practica sobre las zonas asfaltadas del bosque mientras su madre lo graba con su celular.
Desde luego este no es el único espacio donde se puede ver lo anterior. Pero sí es de los más concurridos, porque si bien hay niños que manejan carritos en la Plaza Morelos o niñas que juegan a la pelota en la calzada de San Diego, hasta el momento son muy pocos.
Otro lugar al que acuden las familias en este primer viernes del año es el Parque 150. Si bien luce con movimiento, de ningún modo se podría decir que está abarrotado, pero sí hay escenas similares a la del bosque: el papá que juega baloncesto con su hija, la mamá que llega con el pequeño sobre un triciclo rojo, el niño que sube a una resbaladilla sin soltar su osito de peluche mientras la madre le espera abajo.
Pero no todos son de salir a espacios públicos, siendo un ejemplo de esto Oliver Fonseca y sus tres hijas, las cuales recibieron unos tenis, un set de Barbie y una Baby Alive, obsequios que prefirieron disfrutar en casa.
Otra cuestión es que no sólo los infantes son los destinatarios de obsequios, como el caso de Antonio Madrigal, un hombre con síndrome de Down que a sus 65 años sigue esperando Reyes. De acuerdo a su hermana Lourdes Madrigal, este año no recibió ningún objeto pero sí mil pesos nada más.