Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- Sin una inversión cuantiosa en campaña, pero con la ventaja de ser conocido en el pueblo, Salvador Cortés Espíndola se convirtió en uno de los tres presidentes municipales electos en Michoacán por la vía de las candidaturas independientes. Los habitantes de Charo le dieron una victoria contundente en una elección atípica, pues los partidos tradicionales ni siquiera alcanzaron el segundo puesto, el cual quedó para el abanderado de Movimiento Ciudadano.
Entrevistado en ese municipio que se localiza a tan solo 15 kilómetros de Morelia, el joven político asegura que el voto lo ganó por un sentido de pertenencia e identificación, superando a la “gran cantidad de dinero” que traían los candidatos de las diferentes fórmulas.
Cortés asegura que su candidatura no fue algo que haya surgido de la noche a la mañana, aunque tampoco es que la haya pulido con los años. “Me gusta la labor social”, dice, al tiempo que narra que eligió el camino sin partidos políticos porque en Charo “ya hemos probado de todos los colores y ninguno trabajó bien, solo fomentaron cacicazgos en el pueblo”.
Reconoce que el paso para aparecer en las boletas fue arduo, laborioso y desgastante. Primero demostró que era respaldado por una asociación civil, luego presentó su propuesta de regidores y de ahí vino la recolección de firmas. Ya avalado por el Instituto Electoral de Michoacán (IEM), se puso al tú por tú contra la dupla PAN-PRI, “de los cuales podrán decir lo que quieran, pero traen bases y voto duro”; con el PRD, “que fue apoyado desde el gobierno del estado”, y contra Morena-PT, “que como sabemos, llegan a ganar hasta sin candidato”.
Como nunca antes, los charenses tuvieron un amplio menú de dónde elegir, ya que además había candidaturas del Partido Verde, Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México y MC. “Era complejo pensar que íbamos a ganar, y sobre todo, con tanta ventaja”, rememora Salvador, quien superó por 10 puntos porcentuales a Juan Gabriel Molinero, del llamado Movimiento Naranja.
Afirma que la clave para ganar desde la independencia fue reconocer quién es y qué objetivos tenía por ofrecer. Sin presupuesto, bases, ni voto duro, recurrió al arraigo y a “no prometer lo que es imposible de hacer”. Así, con los días de campaña, recorrió todas las calles y esperó al 6 de junio, con la esperanza de haber convencido a que Charo ya no eligiera al representante de un partido político.
La jornada electoral la vivió con tensión, pues al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) primero llegaron los votos adversos, pero con las horas dio la voltereta y nadie pudo alcanzarlo. “Pensé que la gente al final había vendido su voto, que iba a ser lo mismo que siempre, pero en la cabecera arrasamos, ganamos las casillas hasta por 3 a 1”. En su campaña, subraya, no hubo gorras, despensas, camisetas ni algún otro artículo promocional. Y al momento de celebrar el triunfo también hubo austeridad, pues no le quedaba dinero para prácticamente nada. “No hubo ni comida; la gente llevó su mezcal, su cerveza, así fue como lo festejamos”.
Con una población que supera los 21 mil habitantes y un nivel de marginación medio, Charo tiene una vocación agrícola a la que se suman diferentes localidades como La Goleta, Irapeo, Jaripeo, Zurumbeneo y la propia cabecera municipal con sus cuatro barrios principales. Con el foco en varios frentes, Cortés Espíndola dice que comenzará por mejorar la imagen urbana del pueblo y la reactivación tanto agrícola como ganadera.
En temas sociales, promete crear una Dirección de la Mujer, pues argumenta que “en ese sentido parece que retrocedimos en el tiempo y no se les da la importancia que requieren”. Sin compromisos políticos ni puestos por repartir, asegura que su gobierno será transparente y eficaz, pues no quiere que en tres años sus paisanos queden decepcionados y regresen a votar por un partido político. “Vamos a hacer una reingeniería, un nuevo organigrama del Ayuntamiento, porque hay direcciones que cuentan con dos personas y así no se puede hacer nada”.
Para finalizar, apunta que buscará la reconciliación política, pues el gobierno debe ser para todos, “si votaron por uno o por otro, o si no votaron, ya no importa; aquí vamos a trabajar parejo y desde ahí marcaremos diferencia”.