Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Indígenas de las cuatro regiones purépechas de Michoacán se reunieron en Ihuatzio, municipio de Tzintzuntzan, para celebrar el Kuerikaueri K’uinchekua, el Año Nuevo purépecha. Hoy cuando el arado esté en el cenit (la constelación de Orión), marca el inicio de un nuevo ciclo, se apaga el fuego viejo y se enciende el nuevo.
Los indígenas de la meseta purépecha, cañada de los once pueblos, ciénega y región lacustre se hermanan en un solo pueblo para festejar a sus símbolos prehispánicos.
En la Plaza del Coyote se hizo el recibimiento del fuego viejo que trasladó la comunidad de Capacuaro, comunidad del sede del fuego purépecha en el 2020, y que lo mantendrá en resguardo por un año más, Ihuatzio solo prestó sus espacios para esta celebración luego de que los cargueros de Comanja entregaron los símbolos purépechas al considerar que en esa comunidad no había condiciones para su celebración.
Canastos, panes, sombreros, dulces, campanillas de cobre, rebozos, figuras chuspta y barro, entre otra infinidad de artesanías fueron regaladas como ofrenda a los cargueros de Ihuatzio, en símbolo de fraternidad y de reconocimiento como responsables de recibir los símbolos indígenas y realizar esta celebración.
Hoy el pueblo purépecha está de fiesta y se consagra a los cuatro vientos para reafirmarse como una misma cultura, un solo ente que resiste las adversidades que por años han intentado doblegarlos. Hoy la bandera de los cuatro colores se levanta ondeante y el canto del caracol retumba entre las piedras milenarias que construyeron los indígenas en el centro ceremonial de Ihuatzio.
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Entre olor de copal, incienso y hierbas aromáticas, los indígenas se reúnen en una fiesta llena de simbolismo. Es el inicio de un nuevo ciclo que es esperado con alegría y música de cuerdas, los estandartes de cada pueblo ondean detrás de la bandera de los cuatro vientos con un puño en el centro al grito de Juchari Uinapikua.