Morelia, Michoacán.- Habitantes de cuatro comunidades de Buenavista han buscado asilo de manera constante en el municipio de Tancítaro debido a la ola de violencia generada por grupos delincuenciales que operan en la región.
Se trata de La Colonia, La Luna, Limón de la Luna y El Caracol, ubicadas al sur de Tancítaro, donde se han refugiado en la Parroquia de la localidad de Pareo, informó a El Sol de Morelia una activista que, por seguridad, se omitirá el nombre.
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"En las colindancias de Buenavista o de Tierra Caliente las situaciones incrementaron de peligrosidad y de violencia. Las comunidades afectadas son aledañas al municipio, aquí las cosas son más tranquilas", expresó.
Desde que comenzaron los hechos delictivos, a finales de agosto, han sido al menos tres olas distintas de personas que han llegado a pedir auxilio donde se les resguarda el tiempo que requieran antes de retornar a sus hogares. Se estima que son 211 personas las que han huido de la delincuencia.
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En la primera terna llegaron alrededor de 170 personas, de las cuales 100 volvieron a Buenavista, quedándose únicamente 50 en la parroquia del municipio que les ha servido de resguardo.
Más tarde, el 14 de septiembre el Observatorio de Seguridad Humana de Apatzingán reportó otra tanda de 52 personas que, de nueva cuenta, llegaron a Tancítaro cuando se reactivaron los enfrentamientos entre grupos delictivos.
Esta cantidad de desplazados fue confirmada el 11 de septiembre por el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob) en Michoacán, Carlos Torres Piña quien confirmó que luego de la intromisión de los grupos delictivos, las personas comenzaban a regresar poco a poco a sus hogares.
"Alrededor de 211 personas han regresado a sus domicilios en lo que son las localidades de La Colonia, Caracol y La Luna. Las condiciones se han mejorado y están permitiendo que las familias retornen a estos lugares", afirmó el funcionario.
En el atrio del recinto religioso se instaló un albergue para niñas, niños, adolescentes, mujeres y hombres, de acuerdo a lo comunicado por autoridades municipales, de acuerdo a Torres Piña.
Llegan una vez, regresan a sus casas y como al día siguiente volvieron los bombardeos con los drones.
El pasado 28 de agosto, la Coordinación Municipal de Protección Civil de Tancítaro hizo un llamado a la población a donar víveres como alimentos no perecederos y productos de higiene personal para apoyar a las personas desplazadas de Tierra Caliente.
Por su cercanía con la zona de conflicto, las carreteras o caminos de tierra que conectan Buenavista con Tancítaro se han vuelto inseguras para quienes transitan por ahí, lo que habla de cómo la violencia los afecta por igual.
"Es lamentable que los caminos estén controlados y que tengan minas. Ya tuvimos un caso de un señor que pisó una mina y nada más porque iba en caballo no murió", refirió la defensora de los derechos humanos.
Buenavista se ha visto afectado por los ataques de grupos armados que han agredido, principalmente, a limoneros quienes han denunciado estos atentados en su contra.
El 27 de agosto, cártel de Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) bloquearon la carretera Apatzingán-Buenavista donde quemaron vehículos y lanzaron bombas por medio de drones en viviendas y a una patrulla de la Policía Municipal.
Más tarde, un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) derivó en el cierre de negocios y suspensión de clases en la región; además del desplazamiento de habitantes hacia el Pareo.
Por su parte, el activista Guadalupe Mora Chávez expresó que, si bien en estos momentos la violencia en La Ruana y en el resto de las localidades ha disminuido, siguen presentes los hechos delictivos; aunque con más incidencia en Apatzingán.
"La violencia aún sigue, no ha parado en el municipio de Buenavista. En La Ruena tiene días que ha estado un poco más tranquilo pero en Apatzingán han habido muchos enfrentamientos".
Tancítaro tampoco es ajeno al desplazamiento forzado, en semanas recientes Torres Piña dio a conocer que personas del municipio habían abandonado sus hogares aunque poco a poco también han retornado a sus viviendas.