Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Realizar piezas por encargo para galerías mexicanas y estadounidenses, ha representado una alternativa para salir a flote de la recesión económica derivada de la pandemia para el gremio artesanal de Tzintzuntzan.
Entrevistada por El Sol de Morelia, Angélica Morales Gámez, encargada del programa “Pueblo mágico” de dicho municipio, señaló que ante la escasez de visitantes desde hace un año –dijo– “ha estado un poco complicado”, debido a que el principal sustento de sus habitantes proviene de la derrama económica generada por el turismo. Razón por la que los trabajadores de los 80 talleres artesanales de Tzintzuntzan se vieron impelidos a promover sus piezas en el exterior o bien buscaron “reactivar su economía en otras áreas como la pesca y agricultura”.
“Afortunadamente ha habido gente que le sigue apostando al arte popular, sobretodo en galerías de los Estados Unidos”, dijo luego de aludir a un espacio de venta en el país vecino que organizó rifas de artesanía michoacana mediante redes sociales, a fin de apoyar a artífices de la región con lo recaudado.
Además de las técnicas de alfarería moderna y tradicional, en los talleres de Tzintzuntzan se elaboran piezas de “chuspata”, “panicua”, talla en madera, lapidaria y cantería. Al respecto, Morales Gámez destacó que hay 15 talleres abiertos al público con galerías para adquirir piezas sin intermediarios.
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En relación a las acciones implementadas por el municipio para promover la afluencia turística, la funcionaria y maestra alfarera dijo que en próximas fechas se ofertarán cursos en los 15 talleres mencionados y comenzará a circular en canales de televisión y redes sociales, una serie de cápsulas promocionales realizadas por empresas particulares y gobierno del estado.
“Para la Noche de Ánimas hemos estado trabajando con el gobierno estatal en la planeación de este año y ya tenemos preparadas varias estrategias”, dijo luego de comentar que los concursos artesanales se realizaron aún sin turistas, con el objetivo de apoyar al gremio local.
En ese tenor, recordó que el 1 y 2 de noviembre del 2020, Tzintzuntzan se había preparado para celebrar “sólo en comunidad”, pero ante el arribo de turismo nacional y extranjero –dijo– “la mayoría de gente del pueblo nos quedamos en nuestras casas y quienes tenían que ir a velar fueron”. Sin embargo, aseguró que las medidas de confinamiento adoptadas por el pueblo poco sirvieron, pues a la tercera semana de noviembre hubo una ola de contagios derivada de dichas celebraciones.