Lázaro Cárdenas, Michoacán.- Derivado del sismo en Aquila la población vive con miedo y zozobra, durmiendo a las afueras de sus hogares, además hasta el momento, son 4 mil 500 personas las afectadas de manera directa, afirmó el alcalde de este municipio, José María Valencia.

A siete días de la tragedia del sismo, los cinco municipios de Michoacán más afectados por el sismo luchan por su recuperación en medio del miedo y la incertidumbre por no saber cuánto tiempo les demorará y las constantes replicas.

Después de Coahuayana, en esta región costera se puso en marcha el censo de viviendas que, en una primera etapa, registraron a 700 inmuebles. El recorrido inició en la cabecera municipal y se extendió a las comunidades de San Juan de Lima y Ostula, bastión de los grupos de autodefensas que todavía se resisten al desarme.

A la par, compartió el edil, solicitó la presencia de ingenieros civiles de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo para revisar las estructuras, sobre todo, de planteles educativos pues previo al sismo, ya presentaban daños y ahora con las réplicas aumentó el riesgo de un derrumbe.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación de Michoacán, al menos nueve escuelas presentan “daños graves en infraestructura”.

En total, son mil 500 las casas con daños considerables por lo que se tuvieron que habilitar cinco albergues. Uno se ubica en la localidad de Faro de Bucerías, otro en Maruata, uno en Paso de Noria y dos más en Cachán de Echeverría y La Placita, en las cuales se brinda alimento y supervisión médica.

En materia de salud, se recibió una unidad móvil y una ambulancia, además de la conformación de brigadas para garantizar la atención médica, pues el Hospital Comunitario de Maruata y el Centro de Salud de La Placita quedaron inhabilitados.

Para comunicaciones, se liberó la carretera que conecta hacia Lázaro Cárdenas y Coahuayana, aunque al interior del municipio se trabaja para acceder a comunidades. El panorama se complica ya que carecen del servicio de energía eléctrica y en ocasiones, de cobertura telefónica. Pese a ello, dijo el alcalde, la gente trabaja por reabrir sus negocios y recibir a los turistas.