Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- Morelia es una ciudad donde la mayoría de sus habitantes nunca perdonan la cena. Sin embargo, la llegada del coronavirus detuvo el flujo cotidiano hacia cientos de puestos que se dispersan en sus calles, donde los olores y sabores atraen a los más hambrientos. Tres de estos negocios resistieron la crisis y hoy siguen en pie.
Doña Agus
“Esto de las quesadillas gigantes lo creamos nosotros, y aunque luego salieron varios imitadores, nadie nos iguala, porque nuestras salsas son únicas”. La voz es de Lety Rodríguez, heredera de las Quesadillas Doña Agus, ubicadas en la plaza San Juan del Centro Histórico de Morelia.
En efecto, el tamaño de esas tortillas es enorme, tanto, que el método de cálculo requiere de pericia y no obstante la práctica ha hecho que salga una tras otra, como si se tratara de una máquina industrial.
La crisis por la contingencia sanitaria, como a toda la industria alimenticia, le pegó con tubo a este puesto de comida rápida que se multiplica en las esquinas de la citada plaza. La ausencia de estudiantes, los trabajos que cerraron y las restricciones ordenadas desde el gobierno ocasionaron bajas ventas desde marzo, pero la marca resistió y no hubo despido alguno.
“Aguantamos hasta donde se pudo, sí tuvimos que cerrar una sucursal que depende prácticamente de estudiantes, pero no se despidió a ningún trabajador, en las semanas más duras a algunos les dimos más días de descanso, pero todos conservaron su trabajo”, dice esta mujer, quien se nota orgullosa de la responsabilidad que comparte con su familia.
Pero no sólo se trataba de cruzar los dedos o rogar al cielo para que la contingencia no acabara con el negocio. La dinastía de Doña Agus se quitó los atavismos y le entró a la tecnología, de tal manera que, si los clientes no podían ir al local, ellos llevarían las macroquesadillas a domicilio mediante distintas aplicaciones.
Los del OOAPAS
Todo noctámbulo empedernido que viva en Morelia ha visitado los tacos que se ofrecen en la esquina de Acueducto y Alcázar, donde el pastor es irresistible. Anteriormente se llamaban Kiki´s y ahora se rebautizaron como Pervill, pero en Morelia las marcas las pone la gente y a este establecimiento todos lo conocen como “Los tacos del OOAPAS”, pues se ubican a unos cuantos pasos del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento.
Como sea, María del Rosario Olguín, quien es sobrina del empresario que tuvo la visión para salvarle la vida a los vampiros citadinos, nos cuenta que Pervill ya cuenta con registro de marca y de paso revele el éxito del negocio: su horario, que se extiende hasta las 2 de la madrugada entre semana y hasta las 5:30 los fines de fiesta, destrucción y éxtasis.
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En la actualidad son seis familias las que dependen de Pervill, el más veterano casi llega a los 30 años trabajando y María del Rosario comenzó desde los ocho: “Desde entonces ando en joda”, afirma, y es que todo aquel que haya trabajado en una taquería sabe de lo que se trata, máxime cuando al cuerpo hay que acostumbrarlo a estar despierto mientras casi todo el país duerme.
Desde luego que no fueron ajenos a los efectos del coronavirus. En los primeros meses las ventas se desplomaron en un 40 por ciento, pues ante el cierre obligado de bares y la prohibición de fiestas, eran contados los amantes de la noche que llegaban a visitarlos. Empero, como dice el lugar común, “Dios da, Dios quita”, y sus pedidos de taquizas a domicilio compensaron el quebranto de las visitas al local.
Hoy, con una ciudad que parece importarle menos la pandemia, las finanzas volvieron a ordenarse y uno puede llegar a las 2, a las 3, a las 4 de la mañana, y bajarse la borrachera con unos tacos y quesadillas al pastor, que, es garantía, le regresan la vida al más muerto.
Las hamburguesas locas de la vía
Era la década de los 80 cuando Ismael Hernández llegó a Morelia desde un lejano pueblo. Se trataba de un adolescente sin muchos conocimientos ni preparación escolar, así que se metió como ayudante de hamburguesas en un puesto ambulante en el Centro Histórico, que en esos tiempos era un hormiguero de negocios. “Estaba duro, uno dormía hasta las 5 de la mañana, pero había necesidad de sacar un pesito o dos”, cuenta quien ahora administra las “Burguer Locas” ubicadas en la avenida Michoacán, justo a un costado de la vía del tren, por lo que los morelianos, al igual que en el caso de Pervill, las bautizaron como “Las hamburguesas de la vía”.
Engullirse una de estas macro hamburguesas es un reto para estómagos militares. La combinación explosiva de queso, salchicha, tocino, carne, jitomate, cebolla, mayonesa y los pisos que sean necesarios provocan que el local siempre esté atestado de comensales, quienes parecen zombies salidos de una película de Yeon Sang-ho.
Casi siempre hay que esperar hasta 30 minutos, y aunque las manos de los empleados se mueven a velocidad inusitada, la demanda es tan amplia que mejor se debe explotar la paciencia.
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Viejo lobo de mar en los negocios, Ismael supo que esto del Covid-19 iba a tardar en dejarnos en paz. Por ello se armó hasta los dientes con cientos de litros de gel antibacterial, compró guantes especiales para todos y cubrebocas a montones. Quitó varias mesas para guardar la sana distancia y obliga a que los clientes lleguen con su respectivo esparadrapo, “aunque algunos se enojen”, remata.
El nombre de Burguers Locas se remite a esos años 80, cuando en plena madrugada, el joven Ismael atendía a la comunidad gay, a “las locas”, que lo convertirían en su hamburguesero favorito. Hoy, a 35 años de distancia, es un empresario que resiste todo, incluso los efectos de un virus mundial.
Más taquerías que escuelas
De acuerdo a un estudio presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen 122 mil 757 locales de tacos y tortas, dos de los antojos más socorridos en nuestro país. Michoacán se ubica en el top ten de esta lista, con 6 mil 794 taquerías y torterías, lo que representa el 5.5% en todo el territorio nacional.
Una comparación ociosa se viralizó en 2019 cuando salió el mencionado estudio, pues en contraste, existen 92 mil planteles educativos en México. Conclusión: es más fácil encontrar unos tacos de lo que sea que una escuela para nuestros hijos.
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El Estado de México, la CDMX, Jalisco, Puebla y Veracruz son otros estados donde sus moradores clavan el diente en la popularmente conocida como “Vitamina T”. Siguiendo con la danza de cifras, en 2017 la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), informó que el sector taquero es uno de los que más aporta a la economía nacional, pues representa más de 17% del personal ocupado en la industria restaurantera.
Por su arte, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sagarpa) informó que el consumo estimado de tacos es de alrededor de 17.3 millones de toneladas al año, lo que confirma el amor de los mexicanos por un producto que incluso ya tiene su serie documental en Netflix.