La señorial Morelia fue fundada oficialmente como ciudad el 18 de mayo de 1541, como una réplica de las ciudades virreinales españolas de la época de la Conquista. Hoy, a 478 años de su fundación, la capital de Michoacán se encuentra inmersa en un crecimiento desordenado y desmedido, falta de servicios públicos, vialidades colapsadas y al borde de una posible contingencia ambiental.
Sin embargo y pese a los esfuerzos de varias administraciones locales, el recurso destinado al ordenamiento urbano y la promoción del cuidado del medio ambiente, los especialistas refieren que las condiciones actuales de la ciudad son el resultado de años de malas prácticas y múltiples responsables. “Culpar al gobierno es lo más fácil, pero lo más desatinado”, asevera el urbanista y catedrático nicolaita Joaquín López Tinajero, quien afirma que es necesario reconocer que para llegar a las condiciones actuales también hubo omisión de las normas.
Y es que afirma que el hablar de una planeación urbana, que a simple vista podría ser lo que le ha faltado a la ciudad en por los menos las últimas dos décadas, no es sólo “hacer planes y proyectos que son mucho trabajo y que deben proyectarse sobre estimaciones de crecimiento poblacional a por lo menos 20 años”, donde en ello convergen elementos como la migración, la tasa de nacimientos y mortalidad, y de manera más importante: los presupuestos públicos.
El asunto de la planeación no es sólo de cómo veo el territorio, sino de cómo interactúan aquí los aspectos sociales, ambientales, económicos, jurídicos o legales, son una cantidad importante de factores, decir que la ciudad no ha sido planeada es algo que muchos suponen por la problemáticas que enfrentamos ahora
Y aunque pareciera que la medida más irresponsable ha sido la del establecimiento de asentamientos urbanos en la periferia de la ciudad, lo que ha llevado al colapso de las vialidades, esto fue resultado de un programa federal que proyectaba dar acceso a vivienda a todas las personas, “y aunque hubo marcos legales, hubo autoridades que las obviaron y aquí cerca está Tarímbaro, que fue el refugio de los desarrolladores para hacer lo que no se podía en Morelia y por ende en esa franja, desde Erandeni hasta el aeropuerto, hay 50 mil viviendas. En Villas del Pedregal hay 13 mil, todas con necesidades de servicios y transportes”.
Joaquín López Tinajero señala que “la planeación es la vía” de solución a los conflictos actuales, pero debe ser integral y sustentada en un diagnóstico detallado de la realidades y necesidades de la ciudadanía que “hasta 2010, según el censo, tenemos 719 mil personas en el municipio y en la capital más de 600 mil.
Tenemos, según el programa de desarrollo rural de Morelia, 14 mil 500 hectáreas de suelo; si hacemos una división, aquí hay como 40 habitantes por hectárea, legalmente esa es una densidad suburbana, eso quiere decir que hay mucho más territorio del que ocupamos y en ese territorio hay que tapar baches, colocar luminarias, acercar el agua… tenemos una gran urbe y hay pocas personas”.
DETENER CRECIMIENTO PARA REORDENAR, LA SOLUCIÓN
Según el especialista Joaquín López Tinajero, al ser el crecimiento urbano desordenado una problemática que se ha presentado en diferentes lugares del mundo, se conocen también estrategias paliativas para éste. Una de las propuestas que podrían aplicarse a nivel local es la de detener la expansión de ocupación territorial -lo que favorecería también el cuidado del medio ambiente- y aprovechar los espacios disponibles al interior del territorio ya delimitado.
En ese sentido, el secretario de Urbanismo y Obras Públicas, Sergio Adem Argueta, señaló que la administración de Morelia está en la búsqueda de estrategias que permitan incentivar que se ocupen los baldíos ubicados en las colonias para que no haya más expansión, ya que “son espacios que representaron un costo inicial para el propietario, mas no gastos posteriores porque los servicios y las vialidades son de inversión pública, ya que se encuentran en colonias atendidas por el municipio”, señaló.
Sergio Adem Argueta dijo considerar que esta medida podría frenar también la invasión de predios por parte de particulares que, promovidos por grupos políticos, se asientan en un espacio de terreno y pagan cuotas regulares con la promesa de que ese espacio será de su propiedad legalmente en un periodo de tiempo, ya que “en todos los polígonos se tienen identificados los baldío y se está estudiando, según sus propias características, cuáles podrían ser modificados y de qué manera, y cuáles no", análisis que dijo está en proceso por el Instituto Municipal de Planeación (Implan).
VIALIDADES VIRREINALES, OBSOLETAS EN LA NUEVA ERA
"Hay una gran vialidad que conecta a la ciudad oriente a poniente, pero es parte del trazo original de la arquitectura del siglo XVI, cuando ni autos había, y hoy resulta insuficiente para el número que existe", señala el especialista Joaquín López Tijaro, aunado a que las calles más actuales fueron trazadas conforme a las necesidades del crecimiento urbano que hoy está muy extendido.
A decir de las autoridades del Ayuntamiento local, más que una mala planeación en la proyección de obras viales, ha existido una carencia de atención y mantenimiento que tienes hoy a la gran mayoría de las calles con importantes necesidades de atención, según lo que ha declarado el propio titular de la Secretaría de Urbanismo y Obras Públicas Sergio Adem Argueta.
CONSIDERACIONES
Ante el crecimiento sin planeación de los asentamientos urbanos existen varios riesgos que pueden identificarse, los que van desde cuestiones de naturaleza, como el que hay colonias en áreas inundables y fallas geológicas, además que la extracción de agua de los mantos acuíferos derive en un colapso del subsuelo, como ocurre en la Ciudad de México. Por ello el urbanista Joaquín López refiere que ante cualquier proyecto de planeación de desarrollo urbano deben considerar cosas elementales:
- Orientar el crecimiento, si se comprueba la necesidad de deterioro, hacia donde no sea tan ofensivo para el medio ambiente.
- Que los ciudadanos no se establezcan en lugares que ponen en riesgo su vida, ya que muchos de los asentamientos irregulares, al cabo del tiempo, son reconocidos como regulares por las autoridades.
- Que el proyecto sea de bajo costo de operación y mantenimiento.