Morelia Michoacán (OEM-Infomex).- De acuerdo con la ONU, México es uno de los países que serán más afectados por el cambio climático, mientras que según datos de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo (UMSNH), Michoacán es el tercer estado del país que más daños ha sufrido y el pronóstico para los próximos años no es alentador.
Según el Diagnóstico Sobre la Vulnerabilidad de Michoacán ante el Cambio Climático de la Semaccdet y Conacyt, el estado ha pasado de ser caliente a más seco, sobretodo las zonas boscosas de la entidad que sufren constantes problemas por la deforestación.
El aumento de temperatura en Michoacán se ha visto afectado por la liberación de Gases Efecto Invernadero (GEI ) con un 47 por ciento de las emisiones, lo cual impacta gravemente porque sumado a la alta tasa de deforestación de los bosques templados, el estado ve mermada su capacidad absorber los GEI y sólo se generan pluviales irregulares que afectan al sector agrícola, con pérdida en su capacidad productora.
De acuerdo con la ONU, la diversidad de climas de México lo ubican como uno de los países con mayor exposición a desastres naturales, derivados del cambio climático.
La Semaccdet identificó en el estado las zonas con algún riesgo de ser afectadas por inundaciones y deslizamientos ocasionados por cambios de temperatura, uso de suelo y deforestación, identificando que 82 de los 113 municipios tienen un alta o muy alta susceptibilidad de ello, lo que representa al 72.57% del territorio estatal.
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La agricultura es uno de los sectores de la economía más vulnerables a los efectos del cambio climático, debido a su dependencia de las variables climáticas y de las condiciones ambientales en que se desarrollan.
Esas condiciones han impactado en los últimos 10 años a la entidad que ha perdido 30% de sus recursos naturales, como bosques, agua, y diversidad biológica, según la UMSNH.
Entre los casos más preocupantes están que, según el Centro de Diversidad Biológica de Tucson Arizona, está la mariposa monarca que ha disminuido su población en 80 por ciento.
Otro punto rojo son las tolvaneras, en especial en el Lago de Cuitzeo, donde cada vez es más complicado que se recargue en su totalidad; así como los deslaves causados por la deforestación.
Además de la contaminación producida por el sector productivo e industrial en especial la producción porcína que contamina el Río Lerma, en La piedad, y ya industria siderúrgica de Lázaro Cárdenas.
De acuerdo con las proyecciones de la Semaccdet, los escenarios futuros indican un incremento de temperatura y una reducción de la precipitación al 2030, pero estos parámetros climáticos se intensifican en los escenarios a 2050.
“La dinámica poblacional, el desarrollo de las actividades económicas, los asentamientos urbanos irregulares y desordenados, la degradación de las cuencas y la sobreexplotación de los acuíferos constituyen y constituirán la problemática principal que enfrentará el estado en los próximos años”, vaticina la dependencia.
Además de que el aumento de temperatura prevista para 2030 y 2050 hará vulnerable al estado en el crecimiento del nivel del mar, lo que propiciará que las costas michoacanas sean cada vez más susceptibles a huracanes y tormentas tropicales.
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El sector agricultura se visualiza fuertemente afectado por la presencia de sequías, granizadas y heladas. Las emisiones provenientes de la quema de biomasa serán cada vez mayores, debido a la frecuencia de incendios provocados por el aumento de temperatura provocado por el cambio climático.
En un caso extremo se estima que el 75 a 90 por ciento del territorio estatal tenga problemas de sequía, según la Primera Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los ecosistemas forestales más afectados serían los bosques templados del oriente de Michoacán.
El titular de la Dirección de Energías Renovables y Cambio Climático de la Secretaría de Medio ambiente, Pablo Arturo Alcazar Castello, señaló dos casos muy concretos del impacto del cambio climático en el estado.
“Un caso concreto fue hace 10 años en Angangueo por un deslave de las lluvias atípicas, otro en la costa de Lázaro Cárdenas, hace 4 años, la gente nos llamó con la angustia de que han perdido 30, 40 metros de playa”.
Resaltó que un claro ejemplo de lo que se puede combatir al cambio climático con acciones tan simples como no usar en exceso el automóvil, es la situación de la pandemia.
“Disminuyó la movilidad urbana en cuestión de menos uso de automóviles, lo que ha permitido mejor calidad el aire en la zona urbana, también ha permitido que se encuentren especímenes en las zonas urbanas por no irrumpir en su hábitat, han tenido mayor libertad de desplazamiento. Por el lado ambiental sí se ha visto un efecto de la pandemia, el cambio climático tiene dos vertientes el lado natural y las antropogénicas, que es el que más afecta por el uso de combustibles fósiles para la movilidad, y eso queda muy claro con la inmovilidad que provocó la pandemia en la mejor calidad del aire. El mensaje está claro, frenar el cambio climático está en manos de todos”, resaltó.