Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Tortillas, arepas, atoles, chichas, arepuelas y corundas son algunos platillos de México y Colombia con un ingrediente en común: el maíz. Este cereal originario del Continente Americano ha sido la base de la alimentación de estos dos países desde tiempos prehispánicos, utilizando su versatilidad para desarrollar distintos manjares que han roto las fronteras de ambas naciones.
Por ello, en el contexto del Primer Encuentro Virtual de Cocinas Colombia-México, organizado por la Secretaría de Cultura federal, cocineras y cocineros tradicionales de los dos países expresaron la importancia que el maíz tiene en sus vidas, así como en la creación de sus platillos.
Por el lado de México, participaron tres cocineras tradicionales: María Inés Dimas y Rosalba Morales, de la región purépecha de Michoacán, y Flavia de Albino Ortega, proveniente de Tlaxcala. A su vez, Luz Dary Cogollo, José Aníbal Criollo y Marcela Jojoa fueron los representantes de la cultura culinaria colombiana.
María Inés fue la primera cocinera en participar, asegurando que el maíz es una de las raíces que nos unen con los antecesores, ya que la preparación del alimento pasa de generación y generación, comentando que en su pueblo “las abuelas les dan un metate a las nietas como primer regalo”. Rosalba Morales, por su parte, se refirió al maíz como el “oro amarillo, oro rojo, oro blanco, de todos colores”, puesto que considera que la riqueza del cereal se encuentra en su versatilidad y en la facilidad para cultivarlo.
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Por otra parte, Luz Dary Cogollo recordó que el maíz tiene tantas variedades que hasta las gallinas y otros animales de corral son alimentados con él. José Aníbal y Marcela Jojoa puntualizaron la importancia de este insumo para la cultura colombiana, ya que las arepas se convirtieron en un platillo que es servido en todo el mundo, así como la relevancia de otros con el mismo ingrediente para mejorar la alimentación de los colombianos.
A su vez, los seis exponentes recordaron que la lucha por revivir la cocina tradicional ha sido un reto, debido a la discriminación que existe hacia las personas indígenas, lo que ocasiona que las personas no confíen en las preparaciones ni en los sabores de sus platillos. “Hay veces que no quieren probar lo que yo hago, pero en cuanto lo hacen, hasta me piden más, el chiste es que pierdan el miedo y se animen a probar”, comentó Rosalba.
Cabe mencionar que, ante el exceso de alimentos procesados, los cocineros recomiendan volver a los postres y alimentos a base de maíz que además de ser de origen natural, su producción no genera un daño al ecosistema. Destacaron la importancia de enseñar a las nuevas generaciones las bondades alimenticias del maíz, por lo que invitan a los jóvenes a acercarse al mundo de la comida tradicional, misma que en México está reconocida como Patrimonio Intangible de la Humanidad por parte de la Unesco.