Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Hablar de chamanes y brujas va más allá del acceso a la salud, que en Michoacán sigue rondando apenas arriba del 80 por ciento de la población.
Se trata de creencias, fe y cultura hondamente arraigadas, sobre todo en poblaciones indígenas en donde es natural sustituir la auscultación por un huevo pasado por el cuerpo o por hierbas que se pasan por las extremidades.
No obstante, contrario a lo que pudiera pensarse ni los chamanes ni las brujas forman parte de nuestras raíces.
Eugenia del Carmen Mota, practicante de la herbolaria ancestral, refiere que el de bruja es un concepto nacido en Europa, en específico al interior de la tradición celta. Estaba vinculado a la cocina y se asociaba a personas con sabiduría, de ahí derivó en algo negativo tras el nacimiento de la religión católica.
En cambio, la figura del chamán apareció en Siberia, región al norte de Asia y se hacía alusión a quienes tenían una visión más integral del ser humano.
En el continente americano, dice, no había brujería como tal, sino que existían "adivinos", guías que transmitían el conocimiento. Por tanto, Del Carmen Mota apunta que las brujas y chamanes no existían en el México prehispánico, pero con el arribo de los españoles al continente, estos tuvieron una visión distorsionada de los adivinos, debido a que miraban desde sus propios paradigmas católicos. Por ello calificaron a los saberes autóctonos como prácticas paganas.
Así fue como ambos términos ingresaron a nuestro país y se constituyeron como parte fundamental de la atención médica tradicional mexicana, la cual, pese a todas las limitantes, se sigue ejerciendo.
La medicina tradicional es una forma de conocimiento que no necesariamente debe estar confrontada con la alópata.
"Siempre he dicho que por fortuna existe la medicina formal, por así decir, pues obviamente quienes ejercemos la herbolaria no podemos practicar una cesárea ni hacer una operación, entonces son complementarias", afirma Eugenia del Carmen Mota.
Eso sí, expone que el público en general ha mostrado apertura a los saberes tradicionales, siendo más bien el sistema de gobierno el que pone obstáculos.
"En particular la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) pone muchos requisitos para quien desea ejercer la herbolaria de manera profesional, es muy protocolario respecto al beneficio, que es inmediato".
Ante la cuestión de si la misma autoridad empuja hacia la clandestinidad, Del Carmen Mota refiere que la burocracia "no ha permitido que la herbolaria se extienda en la medida que podría hacerlo en la sociedad. Sin embargo, en México hay distintas regiones y cada una utiliza sus propios remedios, que siempre han sido de ayuda".
Al ser conocedora de la herbolaria y de su historia, Del Carmen Mota fue invitada por el Museo del Estado de Michoacán (MEM) para dar la conferencia Brujas y chamanes, el origen pagano de la medicina.
En ese espacio, expuso que hay tres formas de medicina basada en la herbolaria: la tradicional china (MTCH), la tradicional hindú (MTH) o ayurveda; así como la tradicional mexicana (MTM). Sin embargo, señala que de estas tres las dos primeras tienen mayor reconocimiento de sus países.
Pese a dicho panorama, todavía existen médicos tradicionales y curanderas en nuestro país.
A propósito de esto, comenta que hay médicos tradicionales en la actualidad, también conocidos como "naturópatas", que han destacado y puso como ejemplo a Donato de la O y Erick Estrada.
Pero no resulta sencillo tener acceso a los conocimientos ancestrales, dado que estos se ejercen en pueblos que han recurrido al hermetismo como forma de protección.
Entonces, para ir a las comunidades y hierberos, es necesario acudir con un intermediario.
