Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- En la entidad, más del 90 por ciento de las denuncias interpuestas por desaparición de personas obedecen a casos de conflictos familiares. En tanto, menos de un 10 por ciento tiene que ver con actividades criminales o fuera de la ley. Así lo deja ver Sandra Perales Valencia, titular de la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares, división que pertenece al organigrama de la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE).
En entrevista, la funcionaria acepta que el estado tiene indicadores preocupantes respecto al tema, lo que lo posicionan entre los 10 con mayor presencia de personas desaparecidas. En lo que va del año, se han levantado 749 denuncias de este tipo en todo el territorio, pero quedan 407 personas pendientes de localizar. Tan solo en la región Morelia, son 336 las denuncias, con 85 a las que aún no se les encuentra. En 2020, fueron 745 denuncias las consignadas por esta fiscalía, y de ellas quedan 144 sin resolver.
Puede interesarte: Localizan posible fosa clandestina en predio de Venustiano Carranza
Llama la atención, además, que seis de cada 10 personas desaparecidas en estas denuncias son mujeres, aunque las causas también se inclinan en un 90 por ciento a conflictos de orden familiar y el resto está vinculado con presuntas actividades de grupos de crimen organizado. Con frecuencia, refiere la fiscal, la mujer huye de casa por sufrir violencia de todo tipo, tanto física, psicológica y económica, así que prefiere desaparecer y evidentemente no decir dónde se encuentra.
En abril del presente año, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de México, Alejandro Encinas, brindó sus propios números en cuanto a personas desaparecidas por entidad federativa. Michoacán, dijo, acumula 1,787 personas a las que se les sigue buscando, lo que representa 9.15 por ciento del total nacional. El fenómeno también es muy alto en Jalisco (2,906), Ciudad de México (1,578), Tamaulipas (1,335), Nuevo León (1,273), Guanajuato (1,269), Sonora (1,253), Sinaloa (981), Zacatecas (778) y el Estado de México (722).
Fosas clandestinas
La desaparición de personas en Michoacán ha conllevado que familiares de las víctimas emprendan búsquedas en diferentes zonas, lo que ha tenido como consecuencia el hallazgo de lo que oficialmente se clasifica como depósitos clandestinos de cadáveres, también conocidos como “fosas clandestinas”.
Tan solo el pasado 28 de junio, la FGE acompañó a integrantes de colectivos y activistas al municipio de Venustiano Carranza, en la localidad de La Cofradía. De acuerdo a información oficial, en ese lugar fueron ubicados, fijados, etiquetados y embalados restos óseos, los cuales serán sometidos a estudios de laboratorio en antropología y genética para determinar si son de origen humano y posteriormente obtener un perfil genético que será cotejado con una base de datos en busca de coincidencias.
La búsqueda de cuerpos arrojados a estos depósitos es realizada con los colectivos Desaparecidos de la Costa y Feminicidios Michoacán; Buscando tus Pasos; Buscando Cuerpos; Armadillos Rastreadores y Búsqueda de Desaparecidos, estos últimos provenientes de la Ciudad de México y Colima.
Sandra Perales subraya que en Venustiano Carranza, La Piedad, Puruándiro, Sahuayo, Morelia, Zamora y Jiquilpan ya se tiene plena certeza de la existencia de fosas clandestinas con restos humanos. En tanto, se hace un trabajo similar para saber si hay más depósitos en Yurécuaro, Pajacuarán, Ixtlán, Briseñas y Vista Hermosa. En este esfuerzo, se suman elementos de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la Guardia Nacional.
Cuestionada sobre si los grupos de la delincuencia organizada, en específico cárteles del narcotráfico, tienen actividad relacionada directamente con la desaparición forzada de personas, la funcionaria acepta que ya hay casos documentados, dos de ellos muy recientes en el municipio de Acuitzio del Canje, donde se tiene la certeza de que dos jóvenes se fueron, “por voluntad propia”, con el Cártel Jalisco Nuevo Generación.