Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Si en el pasado reciente el sueño utópico de los niños era no tener que levantarse para ir a la escuela, ahora mismo anhelan con volver a estar en un salón de clases, ver a sus amigos y gozar del mejor momento del día: el recreo.

Para Azul Gutiérrez Ambriz de 13 años de edad y estudiante de secundaria, lo que más extraña de la rutina escolar era tener un contacto diario con sus amigos, contarse cosas o simplemente tener una convivencia.

"Sí se siente feo porque ese lazo que teníamos ya no es tan fuerte y pues algunos ya ni son tus amigos, también se extrañan a los maestros, si por mí fuera, yo sí volvería a la escuela ya".

Azul se imagina que el regreso a clases será raro, pues consciente de que no podrá abrazar a sus compañeros ni estar tan cerca de ellos como antes, "sería como si nadie nos conociéramos".

Aunque el contacto se mantiene en línea a través de las clases virtuales, la estudiante de la Secundaria Técnica 3 afirma que definitivamente no es lo mismo, pues comparte que hasta llega a ser incómodo después de tantas horas y días.

"Al inicio era mucho conflicto porque unos maestros ni te daban clases o luego terminaba confundida, sabemos que es para no contagiarnos, pero nada se compara a estar en el salón, hasta los regaños de los profesores se extrañan".

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Miranda Edith Segovia tiene 12 años y en este ciclo escolar ingresó a la secundaria, pero luego de varios meses de clases, sigue sin poder conocer a sus compañeros de generación.

"Pues yo digo que ya estuvo, a mí me gustaría conocer a mis compañeros, pero no me dejan ni salir de mi casa y ya me enfade, las clases en línea están bien para eso de los contagios, pero luego es aburrido".

Además de que no ha tenido contacto con sus nuevos compañeros, Miranda también se quedó con las ganas de tener una graduación en la Primaria, "quería despedirme de mis compañeros con un abrazo, darles un regalo a todos y que me rayaran mi playera".

A sus 7 años de edad, Luis Franco Sandoval Rojas es contundente y dice que no soportaría volver a la escuela con el cubrebocas. Es honesto al afirmar que ya no lo aguanta y que sólo de imaginar que debe traerle puesto por horas, presiente que no lo resistiría.

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Con las demás medidas preventivas como el lavado de manos, uso de gel antibacterial y la sana distancia, asegura no tener problemas, pero insiste que en el tema del cubrebocas obligatorio no hay negociación.

"Sí extraño ver a mis amigos en persona, pero por las clases en línea les he mostrado lo que me tocó de Día de Reyes, que es una tablet de Spider Man".

A Luis le desgrada tanto el Covid-19 como las clases por computadora, pues rechaza tajantemente que se tenga muy poco recreo. ¿Hay algo aparte de eso que no te guste?, se le pregunta, pero no. Lo deja claro: "está muy mal que den tan poquito recreo".

Luna Segovia de 11 años de edad también se suma a la petición de que vuelvan las clases presenciales, pues además de no ver a sus amigos, se queja de que en línea solamente recibe clases de matemáticas y las demás se cumplen con trabajos que envían los profesores vía WhatsApp.

Si se le cuestiona lo que es el Covid-19 para ella, responde que es lo "más malo" que le pudo haber pasado al mundo, ya que lo culpa de que las personas se alejen y se vean obligados a mantener comunicación solamente a través de videollamadas.

Aunque recibió su dotación de Reyes Magos, Luna dice que no le importa presumir los juguetes a sus compañeros, pues prefiere "mil veces" simplemente verlos y poder darles un abrazo.