Morelia, Michoacán.- La deserción escolar y el rezago estudiantil son dos factores que dificultan la enseñanza en las comunidades rurales de Michoacán y a la que los maestros han tenido que hacerle frente a las desventajas sociales y económicas de este sector.
En entrevista con El Sol de Morelia, el profesor de una primaria de Opopeo, Alejandro Miranda Zaragoza, comenta que estos problemas se presentan principalmente porque al estar lejos de la urbanización, la accesibilidad al internet o a dispositivos como computadoras y celulares dificulta el aprendizaje.
"Hay mucha diferencia entre un niño urbano y un rural. El primero cuenta con los recursos para hacer la tarea e investigar en varios medios. En las comunidades no porque no tienen la cultura de operar incluso una computadora", señala.
A esto, dice, hay que sumarle los obstáculos para la enseñanza en las aulas donde en las escuelas de las ciudades "es fácil buscar algún material y video en internet porque están los recursos", sin embargo, en el otro lado en estas localidades no existe siquiera señal telefónica.
Este rezago también se ve afectado por la deserción puesto que considera que en las comunidades rurales está muy fomentada "la cultura de tener un oficio a corta edad", donde los niños desde pequeños aspiran a un trabajo, por lo que ven "a la educación como un mero requisito de la vida porque sus papás los llevan".
Lo anterior, argumenta, a sabiendas de que no van a continuar con sus estudios. "Cuando terminan ciertas etapas de su educación, como la primaria, se ven encaminados a tener un trabajo y dejan de lado la escuela".
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Otra situación de este declinamiento es la limitación económica que no les permite llegar a otros niveles educativos pues "al no haber secundarias o preparatorias cerca se dificulta pagar transporte público, materiales extras o uniformes que no se pueden dar el lujo de gastar".
El futuro, indica el profesor, ya lo tienen asegurado: terminarán dedicándose a trabajar en los cultivos de aguacate o de arándano, o en alguna casa, a pesar de que "hay quienes tienen muchas ganas de aprender pero no se les da la oportunidad".
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La pandemia por Covid-19 también llegó a generar un estancamiento educativo, expresa Miranda Zaragoza, pues hasta el profesorado no cuenta con las herramientas necesarias para la enseñanza; lo que provocó una desigualdad de aprendizaje en las instituciones.
"Los niños regresaron a los salones sin saber investigar, sin conocer cómo trabajar en equipo. Vinieron sin la capacidad de trabajar ellos mismos porque todo lo hacían sus papás, sobre todo, aquellos que iban comenzando su educación", finaliza.