Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Mando y Wally son dos integrantes del cuarteto que integra Lero Lero, un proyecto donde también están Flor y Dany, que se dedican a hacer música y audiovisuales para niños de México e hispanoamérica, con la diferencia de que su plataforma no es la televisión ni la radio, sino el internet.
Ambos concedieron una entrevista sobre este proyecto, mismo que salió a la luz en este año con un álbum conformado por 12 canciones y una primera temporada de 14 vídeos, que ahora se pueden oír y escuchar a través de YouTube, pero que requirieron nada menos que diez años de trabajo.
Sin embargo, ambos creativos consideran que vale la pena, pues la idea es que Lero Lero otorgue una experiencia de entretenimiento infantil cocinada en suelo mexicano, pues muchos materiales para infancias son importados. Es algo que Mando puso en los siguientes términos: "Lero Lero nació de la necesidad de crear un proyecto para las familias de habla hispana y que no tengan que consumir productos extranjeros doblados al español".
Pero no sólo esto, porque otra búsqueda de Lero Lero es generar espacios seguros dentro de las redes sociales, cosa deseable al considerar la ingente cantidad de ruido, trolls y haters que habitan esos lugares. El intérprete añadió que Lero Lero "es un grupo que a través de los capítulos hay diferentes aventuras y cada una se resuelve con una canción y coreografía; también cada capítulo tiene un mensaje, desde aprendizajes básicos hasta aspectos socioemocionales".
La manera de hacerlo es, añadió Waly, primordialmente por las plataformas electrónicas, como el canal de YouTube Mundo Lero Lero, "tenemos ocho canciones originales creadas por el productor musical Alejandro Carrera, dos covers y cuatro canciones sacadas de juegos de campamentos; primero queremos llegar a las casas".
Con esto, queda claro entonces que se trata de contenidos para nativos digitales, cuyas necesidades son distintas y se les llega de una forma que desde luego no se limita a los canales tradicionales, que encauzaron a estrellas infantiles como Chabelo o Tatiana, antiguos referentes de las infancias boomers, equis y millenials.
Hacer contenido para infancias
Como si fuera un iceberg, el resultado visible tiene de fondo un montón de cosas. En este caso es como lo describe Mando, "fueron diez años de mucho trabajo, llegó la pandemia y nos reinventó a los niños, y es que hemos tenido cuidado de entender a los niños de hoy".
Lo anterior significa, explicó el intérprete, que debido a la pandemia hubo niños que no pudieron asistir al kinder y por tanto "no encontraron cosas básicas de socializar que ocurren en la infancia temprana, entonces tuvimos que dar vuelcos en algunos aspectos para actualizar el proyecto, apoyar a las familias, a los maestros y sobretodo a los niños".
Esa construcción paulatina de Lero Lero, con todo y sus vuelcos y adaptaciones posteriores, implican investigación y asesorías con sociólogos, psicólogos y educadores, rigurosas al grado de que, aseguró Mando, cada elemento visual y sonoro tiene una razón por la cual la utilizan.
Frente a la pregunta de si la industria del entretenimiento en este país se había quedado rezagada en cuanto a la producción de narrativas para infancias, Mando considera que sí, "encontramos una gran brecha, llevaba México muchos años sin hacer este tipo de contenido".
El talento
Lero Lero tiene el trabajo interpretativo de 4 histriones, mismos que como bien refirió Wally "venimos de distintos mundos pero nos marca algo común que son los niños, siempre trabajamos para musicales infantiles; venimos de una carrera bastante amplia".
Pero ellos cuatro no son los únicos, porque en esta primera temporada están acompañados por los personajes de El Monstruo Cachibache, Ramona la Ratona, Boti el Robot, Chispa el Dragón, Rock-Hola y Lucas el pájaro mensajero, mismos que siguen a los 4 intérpretes en sus aventuras y juegos.
Es de anotar que las 12 canciones de la primera temporada están disponibles en todas las plataformas digitales Spotify, iTunes, Apple Music, Amazon Music, Tidal y YouTube Music.