Morelia, Mich.- A escasos 15 minutos de Pátzcuaro, entre Tzentzénguaro y San Pedro Pareo, Santa Ana Chapitiro es una pequeña población con un par de calles pavimentadas y muchas tierras de cultivo. Sin embargo, este lugar resalta por encima de otros gracias a una peculiaridad: ahí se encuentra el más grande templo dedicado a la Santa Muerte en Michoacán.
Así como sucede con las deidades de cualquier religión, la llamada Niña Blanca también tiene su fiesta patronal, misma que inició el 17 de septiembre y concluye este fin de semana. Para celebrar la fecha, devotos de la Santa Muerte acuden desde latitudes tan distantes como los Estados Unidos, con la consigna de agradecer los favores recibidos de parte de la figura a la cual veneran.
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Entre música, bebida y comida en abundancia, los devotos entran y salen de la casa convertida en templo para bendecir sus figuras, encender veladoras, rezar o entregar desde un chocolate, un cigarro, un dólar o tal vez dos como ofrenda para la Niña.
Mientras tanto, afuera del templo, un grupo de danzantes conocidos como concheros baila al ritmo de las percusiones. Ataviados con inmensos penachos, los bailarines nos recuerdan que la veneración a la Santa Muerte se remonta a tiempos prehispánicos, sólo que los mexicas le llamaron Mictlantecuhtli.