Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- A nivel nacional, Michoacán es una de las entidades con mayor riqueza en materia de zonas arqueológicas. Tiene un total de 2 mil 300 sitios, algunos de ellos hasta con 12 mil años de antigüedad.
“Eso quiere decir que se tienen en catalogo sitios en donde vivieron los pobladores del estado desde la época de los mamuts,” señaló el Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia en la entidad (INAH), José Luis Punzo Díaz.
Sin embargo, de esta riqueza, los michoacanos vislumbran apenas una mínima parte al estar abiertos al público solo seis espacios y algunos de ellos, solo en una mínima fracción.
En el oriente, se encuentra San Francisco Los Alzati, ubicado en una zona estratégica para la vigilancia del paso de grupos provenientes del centro del país. El sitio data del 1200 al 1500 d.C y cuenta con la Pirámide Mayor de unos 40 metros de altura.
En la zona del Lago de Cuitzeo, se encuentran Tres Cerritos, que mantuvo su mayor movimiento y ocupación entre el año 400 y 1500 d. C. El sitio ha sido reconocido por su arquitectura funeraria y como un cementerio sagrado, es decir, un espacio de sacrificio.
Ahí mismo, en la zona de Cuitzeo, se encuentra La Nopalera, cuyo sitio más emblemático es el Patio de las Tumbas donde se han entrado entierros con más de un centenar de restos.
En el centro del estado, se encuentra Tingambato, que vivió su mayor esplendor entre el 100 y 575 d. C.; en el lugar se encuentra la cancha del juego de pelota, adoratorios y la llamada Plaza 2.
Finalmente, en el área del Lago de Pátzcuaro, se encuentran la zona arqueológica de Ihuatzio con sus pirámides dedicadas a Curicaveri y Xaratanga. Se trata de la primer sede del imperio purépecha y Tzintzuntzan, considerada como una de las ciudades más importantes a la llegada de los españoles.
El Brillo de Tzintzuntzan
El titular del INAH en Michoacán destacó que las yacatacas que hoy conocemos y están abiertas al publico constituyen solo una mínima parte de lo que era esta zona que se extendía sobre una superficie de hasta 900 hectáreas cubriendo todos los cerros circundantes como el Yarahuato y el Tariaque.
“Era una urbe con una población de entre 30 y 70 mil habitantes que tenía monumentos, caminos, barrios y edificios para rituales”, explicó.
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Tzintzuntzan era la principal rival económica, financiera y comercial de la gran Tenochtitlan a la llegada de los españoles.
Ahí, en ese lugar, se tomaban las más importantes decisiones políticas, económicas y religiosas además de ser residencia real del Irecha o Cazonci.
En Tzintzuntzan, aun existen muchos secretos por descubrir. Se mantienen investigaciones de diferentes tipos que seguirán dando destellos de su grandeza e importancia.
Lo que viene
Sin que se tenga fecha definida, el Instituto Nacional de Antropología e Historia abrirá un nuevo espacio arqueológico en el estado.
Se trata de la Zona denominada Zaragoza, que se ubica en el municipio de La Piedad y cuyas investigaciones han estado a cargo de la antropóloga Eugenia Fernández Villanueva.
“No hay fecha definida (para su apertura), es un proceso largo y complicado que implica muchas cosas, entre ellas, la tenencia de la tierra”, explicó José Luis Punzo.
Sin embargo, ahí esta, ubicada sobre una colina y que consta de una plaza cívico ceremonial, tres montículos, un juego de pelota, terrazas agrícolas y habitaciones.
