Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Al filo de la noche cientos de catrinas se apoderaban de las calles de la ciudad de Morelia, mientras que miles de morelianos se replegaban en una Avenida Madero libre al paso peatonal, en el aire se respiraba el aroma a cempasúchil y dulce.
Abriendo paso al desfile dos catrines combinados en tonos azules y amarillos caminaban detrás de 10 patrullas de la Policía de Morelia, los únicos elementos en resguardar la seguridad de los espectadores.
Aún cuando el Comisario de la Policía Municipal aseguraba que los elementos no se veían rebasados por la ciudadanía, la realidad fue que al no tener una estrategia concreta para atender la gran cantidad de gente que se conglomeró, tuvieron que estar moviendo gente al ras de las sirenas.
Ante un panorama de aparente desorganización, a los morelianos y visitantes que disfrutaron del desfile parecía no importarles mientras tuviesen la oportunidad de presenciar el paso de las más de tres mil catrinas que se abrían paso por la artería principal de la ciudad.
Entre luces de bengala y música de la Banda Monarca seis catrinas en sancos bailaban luciendo sobres su cabezas distintivos propios de cada zona del estado: Centro, lacustre, meseta purépecha, oriente, occidente y costa.
Detrás de ellas, el contingente más grande que lleva esta tradición en la piel, la escuela preparatoria Prefeco, catrines emparejados portaban a su pareja de la mano, presumiendo sus mejores disfraces y los vestidos más estéticos de su closet.
Cayendo la noche, los espectadores emocionados gritaban empujado a la gente que caminaba sobre la Avenida, ninguno de ellos se quería perder ni un sólo detalle de la noche de animas y sus personajes más emblemáticos.
Entre cientos de flashes y luces de celulares, las catrinas desfilaban al ritmo de la música de banda, mientras que quienes no alcanzaron lugar sobre las calles se replegaban sobre los barrotes y las azoteas del Centro Histórico.
“¡Ay, qué bonito!”, se escuchaba en voz de niños que asombrados por el paso de las monumentales catrinas, le señalaban a sus padres la vestimenta de la catrina en vestidos rosas y los trajes con bolardos dorados.
A paso lento las más de tres mil catrinas que desfilaron sobre la Avenida Madero llegaron a la Catedral de Morelia para concluir su recorrido, antes de presenciar el inicio de manera formal a la Noche de Muertos.