Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- No hay misas, no hay lavatorio de pies ni la última cena. Al menos no como se acostumbra en la Iglesia católica en la llamada Semana Mayor. Esta vez, quienes quieran seguir estas representaciones tendrán que conformarse con transmisiones en vivo, por Internet.
Finalmente, y obligados por un fenómeno casi inédito, la tecnología será la herramienta predilecta para una institución muchas veces criticada por su resistencia a los cambios.
Pero el anuncio de que los templos estarían cerrados se cumplió a medias. La Catedral de la ciudad decidió abrir sus puertas a lo largo de este jueves, aunque eran muy pocos los fieles que llegaron a rezar, o por lo menos a admirar la construcción. Unas 15 personas arribaron al mediodía para elevar sus plegarias, sin que ningún sacerdote apareciera para decir algunas palabras. Casi a la misma hora, en el Templo de Nuestra Señora del Carmen una pareja permaneció menos de cinco minutos en el interior.
Les bastó ese momento de silencio sepulcral para ejercer su fe. Afuera todo era un vacío de gente y automóviles, cosa que no le agradó a uno de los “franeleros” que trabajan en esa zona, pues en otras circunstancias le habrían faltado manos para lavar coches.
Ante la pandemia, solo le quedó platicar con un vendedor de dulces, que tampoco hallaba cliente alguno.
El Templo de Santa Rosa de Lima, mejor conocido como el Templo de las Rosas, parecía estar cerrado, pero bastaba con empujar sus puertas transparentes para comprobar lo contrario. Adentro, un hombre de mediana edad permaneció al menos diez minutos con sus manos entrelazadas, moviendo tímidamente los labios, como hablando en secreto.
El motivo de su visita era pedirle a todos los santos para que una familiar se recupere, para que encuentre la salud que la ciencia ha tardado en otorgarle.
En las redes sociales, la Arquidiócesis de Morelia anunció que el lavatorio de pies, ese que Jesucristo le hizo a sus discípulos, se televisará a las 17:00 horas del Jueves Santo.
Será pues, una Semana Santa a distancia, sin muchedumbres en las iglesias, sin saludos de paz, con streamings, con hogares católicos que procurarán que no se les caiga el Internet.